Salud
La meningitis, frenada y también olvidada en el último año por la pandemia
Las medidas sanitarias anticovid también han frenado la propagación de esta enfermedad, que también se contagia por vía respiratoria
Las medidas sanitarias adoptadas para frenar la propagación del coronavirus han hecho caer los casos de meningitis en el último año porque esta enfermedad también se contagia por vía respiratoria, pero los colectivos afectados reivindican que esta situación también ha hecho que caiga en el olvido.
Alicia Hernanz es la delegada en Castilla y León de la Asociación Española Contra La Meningitis y ha expresado en una entrevista con EFE que, si bien la crisis sanitaria ha mantenido a raya a la enfermedad, hay que recordar que cuando la pandemia acabe se espera que esta vuelva con la misma fuerza.
Este sábado es el Día Mundial contra la Meningitis y la asociación lo va a celebrar con la iluminación de diversos monumentos y edificios oficiales como la fuente de Santo Tomás de Segovia o el Ayuntamiento y la Cúpula del Milenio en Valladolid y también con una campaña por redes sociales.
La meningitis es la inflamación de las membranas que recubren el cerebro y la médula espinal y puede ser de origen vírico o bacteriano y dentro de este segundo grupo, el más peligroso, puede estar causado por diferentes bacterias, aunque la más habitual es el meningococo B.
La sepsis es la enfermedad bacteriana que se produce cuando la infección se desplaza por el torrente sanguíneo a todo el cuerpo y, aunque puede producirse sin que haya meningitis, en la mayoría de los casos se solapan, dando como resultado los casos más letales.
Esto último fue lo que le pasó a la hija de Alicia Hernanz, que ahora tiene 12 años y con 13 meses pasó casi veinte días en la UCI pediátrica muy grave, un episodio que llevó a esta madre a unirse primero a la Fundación Irene Mejías contra la Meningitis y después, en 2016, fundar la actual asociación junto a otras cinco personas.
«Incluso cuando aún estaba ingresada empecé a buscar porque estaba muy perdida, porque no lo conoces, no sabes lo que es ni qué está pasando», relata Hernanz, quien considera «muy gratificante» poder ayudar ahora a otras familias con vivencias similares a la suya.
Los últimos datos, recabados por el Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III, señalan que entre 2019 y 2020 hubo en España 289 casos frente a los 426 del periodo anterior y una tasa de incidencia del 0,61 por 100.000 habitantes, inferior a la de 0,91 de 2018-2019.
Hernanz pone el énfasis en lo cruel de la enfermedad, que puede acabar con la vida de una persona completamente sana y sin patologías previas en 24 horas o dejarle con graves secuelas como un estado vegetal o amputaciones de diversas partes del cuerpo.
El grupo de riesgo es el formado por niños menores de cinco años porque su sistema inmune aún no está «establecido», explica Hernanz, y también los jóvenes entre 15 y 24 años, por los cambios hormonales que se producen en esta etapa.
Desde la asociación insisten en divulgar la máxima información posible sobre la enfermedad para que las familias puedan actuar a tiempo en su detección, lo cual es todo un reto porque los primeros síntomas con muy parecidos a los de una gripe o una gastroenteritis.
Un rasgo identificativo de la meningitis es la rigidez en la nuca y, en el caso de la sepsis, unas manchas rojizas llamadas petequias, aunque en ambos casos estos síntomas significan que la enfermedad ya está muy avanzada, señala Hernanz.
La mayor defensa contra este mal es la vacuna y uno de los principales campos de batalla de la asociación, porque el calendario de vacunación actual aún no incluye la dosis para el tipo B, la que causa el mayor número de casos en España, salvo en Castilla y León e Islas Canarias.
También piden al sistema de salud otras mejoras que servirían para mejorar la calidad de vida de los supervivientes de estas y otras enfermedades, como un nuevo catálogo de prótesis, pues el actual está muy anticuado, y una asistencia en salud mental para pacientes y familias.
Esta carencia Alicia Hernanz la conoce de primera mano, pues tal ayuda le fue negada cuando su hija se recuperó y ella sintió que la terrible experiencia le había dejado muchos miedos: «Me dijeron que mi hija estaba perfectamente y que hiciera vida normal», relata.