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Familias de niños con altas capacidades acusan centros y Educación de no atender sus necesidades y reclaman formación

Una madre de Barcelona dice que han «degradado» la salud mental de su hijo, que presenta depresión y se autolesionó

Imagen de archivo de un grupo de niños a punto de entrar en clase.

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Familias con niños con altas capacidades critican que no reciben la atención adecuada ni por parte de los centros escolares ni del Departamento de Educación. Así lo expresa a la ACN Montse Terrones, que acusa al Departamento de Educación de «degradar» la salud mental de su hijo al no recibir una atención adecuada desde que fue diagnosticado con altas capacitado cuando tenía 8 años. Otra familia que residía en el Ripollès ha decidido cambiar a su hijo de escuela donde han encontrado que recibirá una atención más adecuada. El presidente de la Fundación de nen@s con Altas Capacidades (Fanjac), Teo Jové, lamenta que los docentes no están formados pero Educación asegura que cada año se ofrece formación a los docentes y estudia como mejorar la detección.
Terrones explica que con tres años su hijo era un niño despierto y con mucha curiosidad. A los pocos meses de empezar la escuela, desde el centro le dijeron que tenía pocas habilidades sociales y que «presentaba problemas». Recuerda que en los cursos posteriores empezó a destacar porque fue el primero a aprender a escribir o leer, y en 4.º y 5.º de primaria la maestra los comentó que le generaba problemas porque se negaba a hacer segundos qué tareas y avanzaba sus explicaciones. La madre asegura que le llegaron a «limitar» las preguntas diarias que podía hacer.

Ante los problemas que observaban tanto en la escuela como en casa, y después de verlo ansioso y angustiado, la pediatra lo derivó en el área de Neurología primero y Psiquiatría después del Hospital Vall d'Hebron. El resultado fue un diagnóstico de altas capacidades cuando tenía 8 años y, según la madre, les explicaron que los problemas en la escuela se daban «porque no estaba siendo bien atendido».

Terrones lamenta que el informe psicológico de Vall d'Hebron «quedó tres años en el despacho de la directora» y que el que se limitaron a hacer es un plan emocional, aspecto que los padres consideran del todo insuficiente. La familia relata que vio cómo se agravaba la situación de su hijo y empezó a pedir reuniones con la escuela, a Nou Barris, y con el Equipo de Atención Psicopedagógica (EAP) al ver que el niño incluso manifestaba «que no quería seguir viviendo». Recuerda que el 1 de mayo del 2017, el niño «cogió un cuchillo» y se autolesionó. A partir de entonces recuerdan un periodo «grave», con idas y venidas en urgencias por crisis de ansiedad, depresión y agresividad, momento en que empezaron a medicarlo. Paralelamente, a partir de 6.º continuó la escolarización con etapas desde casa y etapas en el centro.

Actualmente, el joven ha cambiado de centro a petición de los padres, ya que aseguran que desde el anterior instituto «no se tomaba ningún tipo de acción ni de actuación para atenderlo como él necesitaba». Fueron también al Síndico de Agravios, porque en un primer momento les denegaron el cambio. A su parecer, «se ha llegado un poco tarde», ya que actualmente su hijo se encuentra combinando el ingreso en el centro de día del Hospital Sant Joan de Déu con las clases en el instituto.

Terrones asegura que el trato que ha recibido por parte de la Inspección Educativa es «denigrante», y reivindica que «hacen falta más recursos» y formación, tanto en el ámbito educativo como en el sanitario. La familia se ha planteado denunciar el Departamento de Educación «como responsables de la degradación de la salud mental» de su hijo, aunque no ha tomado una decisión al respecto.

Otro caso es el de una familia que residía en el Ripollès y que ha querido mantener el anonimato. En declaraciones a la ACN, han explicado que fue un profesor a quien les alertó de que su hijo de 7 años no se acababa de integrar en la escuela. Finalmente decidieron hacerle las pruebas, asumiendo ellos el coste, para saber si tenía altas capacidades. Este diagnóstico lo hicieron llegar al centro donde estaba escolarizado su hijo y lamentan que no han recibido la atención adecuada. «No nos han planteado soluciones», apuntan.

Ante esta situación, han decidido marcharse a vivir a otro lugar donde han encontrado una escuela sensible, según explican, a la realidad de las altas capacidades, y donde han asegurado que lo atenderán como necesita. A pesar de estar decepcionados por la falta de respuestas por parte del centro, están mucho agradecidos al profesor que detectó los problemas y que sí que se involucró para conseguir que su hijo se sintiera adaptado y atendido.

Falta de formación y de recursos

Desde la Fanjac, consideran que estos casos no son excepciones sino que hay una falta de formación y de recursos para atender a los niños con altas capacidades. En declaraciones a la ACN, Jové ha señalado que uno de los principales problemas es la infraidentificació. Por eso, reclama a Educación que haga perfiles de los alumnos no sólo para conocer aquellos que tienen altas capacidades, sino también los que tienen otras problemáticas. «El sistema está pensado por los del medio», apunta.

Jové alerta de que estos niños empiezan la escolarización con muchas ganas, pero si no reciben una atención adecuada se empiezan a aburrir y desmotivar, y eso puede llevar a fracaso escolar y estar integrado en la sociedad. «Son niños a quienes les han matado la curiosidad, la iniciativa y la creatividad porque necesitan una atención diferente de la que se da al grueso», explica.

El presidente de la Fanjac asegura que los docentes reciben muy poca formación sobre las altas capacidades: «El desconocimiento es absoluto». Reconoce también que es muy difícil que un docente con 25 alumnos pueda atender a cada alumno con sus necesidades, por eso apunta también a un problema de falta de recursos. Para el padres, la máxima preocupación no es la excelencia académica, sino que su hijo «esté bien visto, que sea feliz y socialmente integrado».

Formación y detección

Desde el Departamento de Educación, la directora general de Currículum y Personaltizació, Maite Aymerich, explica a la ACN que cada año se ofrecen cursos de formación a los docentes sobre las altas capacidades. Este año ha habido nuevo y se han inscrito unas 250 personas. También está previsto que en verano se inicie formación en Diseño Universal del Aprendizaje (DUA), a fin de que los docentes tengan en cuenta «la variabilidad del alumno» a la hora de plantear las actividades y las pueda adaptar. Con todo, reconoce que puede pasar de que un alumno «vaya a parar a un centro donde esta formación no se ha hecho».

El profesorado dispone también de una guía, que actualmente se está actualizando, sobre las altas capacidades. Esta indica como se pueden detectar estas situaciones y como actuar. En líneas generales, la guía dice que toda intervención dirigida a los alumnos superdotados y con talentos tendría que prever completar o ampliar los contenidos normales de determinadas áreas o materiales, trabajar la socialización del alumno y también su integración en el grupo, a través de un plan individualizado. En eso se suma el asesoramiento desde los Equipos de Atención Psicopedagogía (EAP).

Por último, Aymerich apunta que están estudiando como mejorar la detección temprana de situaciones como las altas capacidades a partir de 1.º y 2.º de primaria, a través por ejemplo de alguna intervención sobre la lectoescritura. «Cuanto antes podemos detectado handicaps, más bien podremos intervenir», ha manifestado.

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