Dos años de prisión por atropellar y matar a un motorista herido que instantes antes había sufrido un accidente

La Audiencia Provincial de Sevilla ha impuesto dos años y nueve meses de cárcel al conductor de un turismo que atropelló y mató a un motorista que instantes antes había sufrido un accidente, a pesar de lo cual no se paró y huyó del lugar «con la clara intención de ocultar su responsabilidad».

El caso iba a ser enjuiciado por un jurado popular, pero la vista oral no se celebrará tras la conformidad alcanzada entre la Fiscalía, la acusación particular, la defensa y Juan Carlos L.C., de 48 años en el momento de los hechos, que ha sido condenado a dos años de prisión por un delito de homicidio imprudente con resultado de muerte y a nueve meses por un delito de omisión del deber de socorro.

Según consta en la sentencia, fechada el 19 de mayo y a la que ha tenido acceso Efe, por el primer delito se verá privado del derecho de conducir vehículos a motor y ciclomotores durante tres años, con declaración de pérdida de vigencia definitiva del permiso.

También se le decomisará el vehículo que conducía el día de los hechos y en concepto de responsabilidad civil deberá indemnizar con un total de 120.900 euros a la mujer y los hijos de la víctima, cantidad que ha sido consignada por la compañía aseguradora del coche del acusado.

Por conformidad de las partes, la Audiencia considera probado que los hechos ocurrieron sobre las 21.55 horas del 24 de mayo de 2018, cuando la víctima, de 30 años, circulaba con su motocicleta por la autovía A-66, en el término municipal de Santiponce (Sevilla), y «por causas desconocidas» perdió el control del aparato y cayó al golpearse contra la mediana de la carretera.

Varios conductores presenciaron el accidente y pararon de forma inmediata con la intención de socorrer al motorista, de modo que mientras unos llamaban a emergencias, otros atendían al herido o intentaban advertir a los demás conductores haciendo señales con los brazos y con las luces de emergencias encendidas y señalizando a la víctima con las luces de los teléfonos móviles, con lo cual llegaron a detenerse varios coches.

«A pesar de las advertencias y pese a ver los vehículos y toda la gente acumulada en la vía», el investigado hizo «caso omiso»y, «sin adecuar la conducción a las circunstancias especiales del tráfico», rebasó por la izquierda a los vehículos que le precedían y continuó su camino atropellando al motorista accidentado, que permanecía tumbado en el suelo.

Al pasar por encima del cuerpo a una velocidad no superior a los 100 kilómetros por hora, el acusado desplazó el cuerpo del motorista un total de 7,70 metros desde el punto de la caída y le causó lesiones de tal gravedad que le produjeron la muerte en el acto, según refleja la sentencia, facilitada por la oficina de comunicación del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA).

La Audiencia añade que «a pesar de todo ello y del brutal impacto que sufrió al pasar por encima del cuerpo», el condenado «no detuvo su marcha»y huyó del lugar «con la clara intención de ocultar su responsabilidad», de modo que «no prestó auxilio, no comunicó el accidente a ninguna autoridad y no solicitó ayuda para el atropellado».

«Consciente de lo que había hecho», el encausado acudió al día siguiente a un taller de la localidad de Guillena, donde reside, «con la intención de reparar su vehículo por los daños causados con el atropello» y explicó que los desperfectos se debían a que por la noche había colisionado con un perro.