Tecnología
Una start-up catalana crea el primer propulsor eléctrico para la práctica de deportes náuticos
eSea aplica la filosofía de la bicicleta eléctrica en embarcaciones ligeras como kayaks y planchas de paddle surf
Para los creadores, su uso en clubs y escuelas permite un mejor aprendizaje y mejora de la técnica de los alumnos. Destacan también la propulsión como un elemento de seguridad adicional, ya que permite al usuario «reaccionar ante cualquier contratiempo en el mar» y le permite un «retorno rápido a tierra» si fuera necesario, así como una mayor agilidad en situaciones de rescate.
Una de las principales características que destacan a sus creadores, más allá de los aspectos técnicos, es la versatilidad y polivalencia del producto. El eSea se puede instalar «en cualquier cosa que flote», ya que está pensado para poder acoplarse en cualquier embarcación ligera independientemente del fabricante o tipo de embarcación.
El dispositivo es un click & go de fácil instalación y su peso, por debajo de los tres kilos, hace que no suponga una carga adicional en la embarcación donde se instale cuando no está activado. «No es un elemento que modificará el comportamiento de la embarcación», aseguran Fran Martín e Iñigo Barron, conseller delegado de la marca.
El eSea aprovecha el espacio de la quilla y queda totalmente integrado en la embarcación. Durante la navegación es el usuario quien lo activa cuando le hace falta una propulsión adicional a través de un mando a distancia que se puede instalar en la muñeca o en el remo. El aparato tiene una autonomía de dos horas y permite tres niveles de asistencia.
Un ingenio de km 0
El proyecto se inició en el 2019 y en los últimos meses se han concluido todas las fases de diseño e implantación del propulsor. Actualmente la start-up está en fase de lanzamiento a través sobre todo de clubs deportivos y escuelas de náutica. El objetivo de sus creadores es llegar al público final y ayudar a democratizar y modernizar el deporte náutico.
El eSea, detallan, es además un producto de km 0, ya que toda la ingeniería, diseño, inyección, electrónica y montaje se ha hecho en torno a Barcelona. Las baterías se montan en Rubí, la electrónica es de l'Hospitalet de Llobregat, la ingeniería del Papiol y la inyección del plástico se hace en Sabadell.