Diari Més

Judicial

Catorce años de prisión para el profesor de danza de Vidreres que abusó «en más de cien ocasiones» de un menor

El tribunal también concluye que le enseñó pornografía y se masturbó delante del niño

De espaldas, el profesor de danza de Vidreres acusado de abusar sexualmente de un alumno menor de edad.

Catorce años de prisión para|por el profesor de danza de Vidreres que abusó «en más de cien ocasiones» de un menorACN

Publicado por

Creado:

Actualizado:

La Audiencia de Girona ha condenado a 14 años de prisión al profesor de danza de Vidreres (Selva) que abusó sexualmente durante dos años de un alumno menor de edad, le enseñó pornografía en incontables ocasiones y se masturbó delante suyo. La sentencia recopilaque el bailarín, Juan Pérez, empezó a dar clases al niño cuando tenía 10 años y se ganó la confianza de la familia para quedarse solo con él entre dos y tres veces porsemana, hasta que el menor acabó explicando los hechos a su hermano. El tribunal le impone la pena más alta por cada delito (abusos sexuales, exhibicionismo y exhibición de material pornográfico) porque apunta que «es posible que los abusos sucedieran en más de cien ocasiones».
La sentencia de la sección tercera de la Audiencia de Girona, de la que ha estado ponente el magistrado Ildefons Carol, recoge que el acusado había sido bailarín y, una vez jubilado, ejercía como profesor. El año 2016 se ofreció a los padres del menor para ser su maestro de danza y lo preparó para las pruebas para acceder al Instituto del Teatro. Las clases empezaron en septiembre del 2016 y el niño, que entonces tenía 10 años, iba a casa del procesado dos o tres veces por semana.

Dos o tres meses después de iniciar las clases, aprovechando que estaban solos y que ya se había ganado la confianza tanto del menor como de sus padres que al juicio llegaron a decir que era como un «abuelo» para el niño, el acusado empezó a hacer preguntas sobre temas sexuales al menor y cambiarse de ropa delante suyo. Poco tiempo después, le empezó a enseñar revistas pornográficas a que tenía en su casa. Una situación que, apunta al tribunal, se convirtió en «habitual». También que aprovechara estas ocasiones para masturbarse anteel niño.

Ya el año 2017, «el acusado empezó a involucrar a la víctima en sus prácticas sexuales»: «Primero, tocándolo por encima del pantalón y más tarde masturbándolo». La sentencia expone que tres meses después «de iniciarse estas prácticas» empezó a hacer felaciones al niño mientras él se masturbaba. «Todo eso lo hizo en innumerables ocasiones, prácticamente cada vez que iba a su domicilio», expone el tribunal que, por eso, apunta que «es posible que los abusos sucedieran en más de cien ocasiones».

La sentencia recopilaque también obligó al niño a tocarle el pene al menos en dos ocasiones y siempre le decía que «tenía que guardar el secreto». Los abusos duraron hasta diciembre del 2018, cuando el menor acabó explicando a su hermano todo lo que pasaba en casa del profesor de danza.

Como consecuencia de los abusos, el menor ha tenido que seguir tratamiento psicológico y ha sufrido secuelas como un empeoramiento drástico del rendimiento escolar, hasta el punto de tener que repetir curso.

La sentencia expone que el relato del menor ha sido persistente a lo largo del tiempo y que hay datos objetivos que lo corroboran, como los cambios en el estado psíquico de la víctima, que pudiera describir dónde tenía el acusado las revistas pornográficas que los Mossos d'Esquadra localizaron a su casa y que fuera capaz de describir «detalles físicos íntimos» del bailarín, como una marca que tenía en el glúteo. También apunta que el mismo procesado, que actualmente tiene 73 años, ha corroborado «indirectamente» los hechos reconociendo que exhibía pornografía a su alumno.

El tribunal le impone la pena máxima por cada delito porque tuvieron lugar «casi cada vez» que el niño iba a su casa a dar clases: «Existiendo un número tan elevado de actos criminales, la sala no cree que haya otra pena a imponer que la máxima legalmente posible». Es más, el tribunal apunta que si las acusaciones «hubieran solicitado la pena superior en grado en el caso de los abusos, la sala posiblemente hubiera atendido a su petición». La fiscalía solicitaba 13 años de prisión y la acusación particular 14.

Así, lo condenan a 12 años de prisión por un delito continuado de abuso sexual a menor de 16 años con acceso carnal prevaleciéndose de su posición de superioridad para ser su maestro y haberse ganado la confianza de la familia; 1 año de prisión por un delito continuado de ejecución de actos de exhibición obscena ante un menor y 1 año de prisión por un delito continuado de exhibición de material pornográfico.

También lo inhabilitan para trabajar con menores durante 17 años, le prohíben acercarse a menos de 300 metros de la víctima durante 20 años y le imponen 7 años de libertad vigilada.

En concepto de responsabilidad civil, la Audiencia lo obliga a indemnizar a la víctima con 30.000 euros por el daño moral: «Resulta evidente el daño psíquico que los delitos cometidos por el acusado le han provocado a la víctima. Además, durante una etapa de desarrollo muy delicada como es la pubertad, por lo cual consideramos que existe el riesgo de que las secuelas sean al menos de larga evolución, sino permanentes, aunque ojalá no sea así».

La sentencia no es firme y se puede recurrir al TSJC.

tracking