Judicial
Se enfrenta a 18 años de prisión para maltratar, insultar, amenazar y violar a la pareja en Roses
El acusado niega los hechos y la defensa pide la absolución
La mujer ha explicado que iba «siempre llena de moratones» pero que estaba muy enamorada y siempre le perdonaba. Después de poner punto final a la relación, hacia el mes de agosto del 2018, el ahora acusado le dijo de volver a quedar para «poder ser amigos»: «Aquel día me volvió a golpear y me hizo sangre, y mi hermana me convenció para que lo denunciara».
Según la fiscalía, «las discusiones en el ámbito familiar eran frecuentes» y, con el paso del tiempo, la «conducta agresiva y controladora» del acusado se agravó: «De manera continuada, metódica y deliberada, el acusado mantuvo una actitud constante de agresividad y menosprecio, profiriéndole frases humillantes y vejatorias». Además, también la golpeaba, la pellizcaba y le lanzaba muebles encima. «En una ocasión, sin que se pueda determinar la fecha, le lanzó una mesilla de noche cuando ella se negó a introducirse un consolador con miel», expone la acusación pública.
La víctima también ha relatado que la obligaba a mantener relaciones sexuales contra su voluntad: «Yo no quería pero me forzaba».
La mujer ha concretado que no se atrevía a denunciarlo pero que le explicaba a su hermana, que lo intentaba convencer para que lo dejara y fuera a los Mossos d'Esquadra. A la hermana, sin embargo, no la han citado en el juicio como testigo. La víctima ha explicado que, durante la relación, pensó en suicidarse para acabar con el calvario que vivía.
El acusado sólo ha respondido a las preguntas de la defensa y lo ha hecho para negar las acusaciones. Ha asegurado que «nunca» la golpeó ni la agredió sexualmente. La defensa sostiene que no hay ninguna prueba que corrobore el relato de la víctima y que pueda desvirtuar la presunción de inocencia: «Era una relación tóxica pero ella la consentía». Por eso, pide la absolución.
El fiscal y la acusación particular sostienen que el relato de la víctima es persistente y que no tiene ninguna intención de perjudicar al procesado: «Lo único que quiere es que se haga justicia». Por eso, solicitan al tribunal que lo condenen. La fiscalía lo acusa de un delito de maltrato habitual, un delito leve de injurias, dos delitos de maltrato en el ámbito de la violencia sobre la mujer, un delito de amenazas y un delito de agresión sexual. Pide 18 años de prisión y que indemnice a la víctima con 20.000 euros por el daño moral.
El juicio ha quedado visto para sentencia.