Un estudio apunta que las vacunas covid de ARN mensajero preparadas en jeringas se pueden transportar sin riesgo
Investigadores del Hospital del Mar y la UPF analizan las vacunas de Pfizer y Moderna
Para hacerlo se utilizaron viales devueltos al Servicio de Farmacia del centro que no se podían administrar al haber perdido la trazabilidad microbiológica. Según los protocolos actuales, las vacunas basadas en ARN mensajero se tienen que descartar seis horas después de la retirada de la primera dosis del vial a temperaturas entre 2 y 25ºC. En el estudio, las vacunas, preparadas en las instalaciones del Servicio de Farmacia, fueron divididas en tres grupos. Uno se dejó sin movimiento, a temperatura ambiente (21ºC), durante tres horas. Un segundo, también a temperatura ambiente y durante el mismo tiempo, se le sometió un movimiento suave, similar al de un transporte por carretera. Y a untercero, en las mismas condiciones ambientales y de tiempo, se lo sometió a un movimiento de agitación masiva intermitente. Los resultados de las pruebas se compararon con un último grupo de vacunas recién descongeladas.
Los resultados demuestran que el vector principal de las dos vacunas, el ARN mensajero, prácticamente no mostraba degradación bajo ninguna condición. Esta degradación era de menos del 1%, tanto en la muestra fresca como en la sometida a movimiento. Con respecto a las que fueron sometidas a agitación, la degradación era más elevada, de entorno el 5% en las dos vacunas analizadas.
Ante eso, concluyeron que en un transporte por carretera a temperatura ambiente durante tres horas, no hay ningún tipo de alteración en la estabilidad del ARN mensajero y se mantiene la misma integridad que en una preparación fresca de la muestra.
Los resultados podrían contribuir a agilizar el proceso de vacunación, especialmente en zonas rurales o países con redes de transporte e infraestructuras sanitarias precarias.
Los autores del trabajo han sido el director del Área del Medicamento del Hospital del Mar, el doctor Santi Grau; la jefa del Servicio de Farmacia, la doctora Olívia Ferrández; el coordinador del Grupo de Investigación Neurofarmacologia-Neurophar de la UPF, Rafael Maldonado; y la doctora Elena Martín-García, del mismo grupo. El estudio se ha publicado en 'Clinical Microbiology and Infection'.