Salud
Un fragmento de la toxina del tétanos podría tratar la depresión, el parkinson y el ELA, según un estudio de la UAB
El nuevo fármaco permite resolver dificultades de la medicación tradicional
El año 2019, un grupo de investigadores de la Howard University College of Medicine (Washington, MI, EEUU) con participación de Aguilera observó que un derivado no tóxico de la neurotoxina tetánica mejoraba los síntomas de la depresión en ratas.
«Una única dosis intramuscular de Hc-TeTx hacía desaparecer los síntomas en menos de 24 horas, y su efecto se mantenía durante dos semanas» explica Aguilera. A partir de aquí, empezaron a trabajar para poder describir el mecanismo por el cual esta sustancia producía estos efectos.
Ahora, en un estudio reciente de la UAB en colaboración con el grupo del Dr. Thomas Scior, de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP, México), ha demostrado que Hc-TeTx es capaz de inhibir el transporte de serotonina en el sistema nervioso central, uniéndose a los receptores de las neurotrofines. Estos resultados, publicados en la revista 'Molecules', sugieren que el fármaco serviría no sólo para el tratamiento de la depresión, sino también de enfermedades neurodegenerativas, como el parkinson o la esclerosis lateral amiotrófica (ELA).
Para los investigadores, las ventajas de la introducción de Hc-TeTx como nuevo fármaco son evidentes. Destacan que su dosificación quincenal o mensual permitiría que fuera controlada por profesionales de la sanidad. Al ser un producto recombinante, no representaría ningún problema de seguridad, producción y coste económico, recalcan, mientras auguran que el tratamiento frenaría el desarrollo de los procesos neurodegenerativos y eliminaría la depresión que a menudo provocan.
El equipo de investigación, que ya ha patentado el uso terapéutico de la Hc-TeTx para el tratamiento de la depresión, el parkinson y la esclerosis lateral amiotrófica, busca ahora inversores para desarrollar estudios en humanos. «Se trata de un avance de gran importancia, y más ahora en qué, a la alta incidencia de depresión y alteraciones en el comportamiento, se han sumado aquellas alteraciones mentales derivadas de la covid-19 o del entorno negativo de estrés, confinamiento y miedo», concluye Aguilera.