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Los epidemiólogos reclaman que no se tiene que obligar a vacunarse «la persuasión funciona»

España es un «relato de éxito» donde hubo un acogimiento masivo a la vacunación, incluso cuando aparecieron los efectos adversos de la AstraZeneca

Imagen de archivo de una enfermera inoculando una vacuna en la Feria de Barcelona.

Hasta un 30% de profesionales de la salud no se quieren vacunar, según un documento interno de la CEACN

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Obligar a los sanitarios a vacunarse contra la covid «no es un problema real en España» donde menos del 5% no se ha inmunizado. Lo dice el coordinador del grupo de ética de la Sociedad Española de Epidemiología, Fernando García, que apela a no aplicar medidas restrictivas porque «en este país la persuasión funciona».

En una entrevista con Efe, García, que también preside el comité de Ética de la Investigación del Instituto de Salud Carlos III, afirma que en salud pública lo ideal es tomar las medidas menos restrictivas de las libertades individuales «y la menos restrictiva es la persuasión y el convencimiento», y en eso España es un «relato de éxito» donde hubo una acogida masiva a la vacunación, incluso cuando aparecieron los efectos adversos de la vacuna de AstraZeneca.

García considera que el debate sobre la obligatoriedad de la vacunación a los sanitarios es un «problema importado» de países como Francia donde un tercio de los profesionales de la salud ha optado por no ponerse las vacunas contra la covid.

Además, en España faltan datos «certeros» de cuántos profesionales no se han vacunado (aunque los porcentajes que barajan están entre el 1 y el 5 por ciento) y saber hasta qué punto la bolsa de trabajadores sanitarios no inmunizados afectó a la trasmisión del virus a las personas que atienden, añade.

Y si resulta, dice, «que estamos hablando de un problema que no está ocasionando problemas es que no existe el problema».

A su juicio para obligar a vacunar a los sanitarios tendría que darse una situación similar a la de Francia y solo tendría sentido si se enfrenta un tema de salud pública: «Entonces sí estaría justificado tomar medidas más severas».

El 70% para la inmunidad de grupo se ha quedado antiguo

Este epidemiólogo considera que el 70 % calculado al principio de la pandemia para la inmunidad de grupo se ha quedado «antiguo» y explica que ya no es suficiente porque la variante delta es más contagiosa y se necesitan porcentajes en torno al 80 y el 85 %.

No obstante, apela a que no se tome la inmunidad de grupo como un «porcentaje milagroso» que resuelve el problema de la covid y subraya que «buscar una cifra mágica no conduce a nada porque no vamos a alcanzar ese 90 %», ya que los niños no se van a vacunar y representan el 11 % de la población.

García reconoce que el concepto de inmunidad de grupo permite que siempre haya una reserva pequeña de personas que no se vacunan y se benefician del resto que sí ha recibido las dosis.

«Es lo que se llama un aprovechado, un polizón o un gorrón en términos más coloquiales. El que se cuela en el metro o en el autobús y se beneficia del viaje sin pagar. Y hay personas que conciben el no vacunarse en esos términos», precisa.

No obstante, para este epidemiólogo y responsable del grupo de Ética y Protección de Datos de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE) la vacunación no es la única vía de control y siempre ha de ir acompañada de medidas no farmacológicas como la distancia social, la mascarilla, el lavado de manos y en casos más complejos la cuarentena de los contactos estrechos y el aislamiento.

La vacuna española y donde buscar voluntarios no vacunados para los ensayos

Ya sobre la vacuna española de los laboratorios Hipra, autorizada esta semana por la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS), García aprecia un problema en los sujetos que van a participar en los ensayos clínicos, ya que se requieren dos condiciones: primero, que no hayan pasado la covid y segundo, que no estén vacunados.

«Si a finales de agosto se alcanza el 70 % de vacunados con la pauta completa y un porcentaje mucho más alto de vacunados con una dosis, es previsible que quienes no están inmunizados no quieran participar en los ensayos clínicos», dice.

Entiende como probable que se busque a sujetos en otros países donde la vacunación no se ha desarrollado tanto pero en España lo ve poco viable. «Lo ideal hubiera sido que los ensayos se hubiesen diseñado hace unos meses cuando aún había un porcentaje alto de población sin vacunar»

Además, añade, el problema no será la fase 1 cuando se necesitan 200-400 sujetos «que parece que ya tienen», el problema llegará en la fase 2 y 3 cuando se requiere en volumen de voluntarios en torno a 20.000 o 40.000 personas.

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