Ciencia
Las abejas con cerebros mayores aprenden mejor y eso puede influir en la capacidad de adaptación a los cambios ambientales
Un estudio liderado por el CREAF y el CSIC prueba en invertebrados una teoría que se había demostrado en aves y primates
El estudio, publicado en la revista 'Royal Society Open Science', ayuda a predecir qué especies de abejas son capaces de adaptarse a un ambiente cada vez más urbanizado o cambiante. Existen más de 20.000 especies de abejas en todo el mundo, pero no todas responden de la misma manera a las presiones medioambientales. Mientras que algunas especies están reduciendo sus poblaciones drásticamente, otros están prosperando en ecosistemas humanizados.
¿Tiene el tamaño del cerebro alguna cosa que ver en estas diferencias de adaptación?, se preguntan los científicos. «Para sobrevivir en una ciudad hay que ser muy listo, hay que adaptarse a paisajes complejos y cambiantes para localizar flores y zonas de nidificación. Por eso, si las abejas con cerebros mayores son las que tienen más habilidades cognitivas, sabemos que serán las que mejor se adaptarán a la urbanización o a otras condiciones cambiantes», explica Ignasi Bartomeus, investigador de la Estación Biológica de Doñana del CSIC.
Invertir en tejido cerebral es costoso, de manera que sólo tiene sentido cuando reporta un beneficio. Estudios anteriores ya confirmaron que las especies|especias que requieren una mayor demanda cognitiva –por ejemplo, abejas especializadas que necesitan localizar recursos florales particulares– han evolucionado hasta adquirir cerebros más grandes. «Queda mucho para entender todavía, tan sólo empezamos a entender la enorme capacidad que tienen los pequeños cerebros de las abejas», concluye Daniel Sol, del CREAF.