Expertos en salud pública de toda la UE creen que la respuesta comunitaria a la pandemia podía haber estado más eficaz
Los intereses nacionales a corto plazo dificultaron la toma de medidas desde Europa, afirman
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El interés particular de los distintos países de la Unión Europea impidió una gestión de la pandemia de SARS-CoV-2 a nivel comunitario más eficaz y eficiente. Es la conclusión que se desprende de un trabajo publicado en la revista especializada Frontiers of Public Health en el que los autores entrevistan a 18 expertos en Salud Pública de distintos países que conforman el ente supranacional y de la Comisión Europea, con el objetivo de extraer lecciones para gestionar pandemias en el futuro.
En particular, los autores argumentan que la respuesta comunitaria podría haber sido más rápida y eficaz, pero que la «débil posición» del Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) y del Directorado General para la Seguridad Sanitaria y Alimentaria para «contribuir a la respuesta» a la pandemia fue «dolorosamente obvia» por «un mandato débil e inconsistente en materia de salud» para las instituciones europeas.
Más concretamente, los entrevistados estuvieron de acuerdo en que los intereses políticos a corto plazo a nivel nacional y la fragmentación y falta de liderazgo de las instituciones Europeas dificultó la posibilidad de una respuesta más coordinada y efectiva.
Con todo, estos expertos también reconocen como positivos los esfuerzos por implementar medidas preventivas (señalando como ejemplo los cierres fronterizos) y por comprar y negociar vacunas desde antes incluso de que estuviesen desarrolladas, incluso cuando opinaron que esto último podría haberse logrado aún más rápido. Sin embargo, muchos de los entrevistados creen que hubo una sorprendente falta de confianza y transparencia entre estados, concretamente a la hora de aplicar las regulaciones de sanidad internacionales marcadas desde la OMS.
Más allá de ello, argumentan incluso que las medidas a corto plazo (a veces contradictorias) que se aplicaron en los distintos países crearon confusión entre los ciudadanos, hasta el punto de que podrían haber debilitado la confianza pública en las autoridades sanitarias tanto a nivel nacional como comunitario.
Cabe señalar que las entrevistas presentadas en este trabajo se realizaron al final de la primera ola de la pandemia, por lo que los autores admiten que será conveniente complementar sus conclusiones con las extraídas de entrevistas posteriores. De la misma forma, reconocen que sólo se ha entrevistado a expertos en salud pública, por lo que tener en cuenta también puntos de vista políticos podría ayudar a formar una idea más completa acerca de la gestión de la pandemia de coronavirus a nivel comunitario.
En cualquier caso, concluyen que la seguridad sanitaria global debe convertirse en un aspecto prioritario en las agendas políticas de los estados miembros, para poder trabajar en la mejora de la coordinación de los distintos sistemas sanitarios y el refuerzo de los sistemas de vigilancia, incluso implementando algunos de ellos en el ámbito transfronterizo.