Sucesos
Captan ciempiés gigantes devorando miles de polluelos de aves marinas
Tiene lugar en la isla la australiana Phillip Island, donde estos animales son unos de los principales depredadores
Junto a sus playas paradisíacas y sus imponentes desiertos, la exuberante naturaleza de Australia se ha convertido en una de sus señas de identidad, en la que destacan distintos tipos de insectos de enorme tamaño. Entre ellos, se encuentran los ciempiés carnívoros gigantes, que pueden alcanzar los 30 centímetros de longitud (aproximadamente un pie) y que no dudan en alimentarse de todo tipo de animales, como polluelos de aves marinas.
Estos ciempiés, que viven en la isla australiana de Phillip Island, son bestias feroces revestidas de placas blindadas a lo largo de sus segmentos y equipadas con un potente veneno que inyectan a sus víctimas a través de una especie de pinza.
Los investigadores han ahondado ahora en la dieta de estos animales y han encontrado que, cada año, devoran miles de polluelos de petrel de alas negras, una especia de ave marina. Esto los convierte en los mayores depredadores de Phillip Island y en una parte vital de su ecosistema.
«De alguna manera, han ocupado el lugar de los mamíferos depredadores, ausentes en la isla», han informado los investigadores, que han publicado su estudio en The American Naturalist.
Ataques nocturnos
Es al caer la noche en la remota isla cuando los ciempiés salen de sus guaridas, guiados por unas sensibles antenas, y se acercan a los nidos de los preteles de alas de negras, donde se encuentras los polluelos. Allí, les inyectan el veneno en la parte posterior del cuello para paralizarlas y comienzan a comérselas vivas.
La observación de estos animales mientras cazan y la obtención de muestras de tejido de sus fauces y de los restos de sus víctimas ha permitido a los investigadores concluir que estos ciempiés consumen entre 2.109 y 3.724 crías de estas aves cada año.
No obstante, estos pájaros no son las únicas presas de estos ciempiés, que también se alimentan de distintos tipos de lagartos, grillos e incluso peces carroñeros.
Más allá de la voracidad de estos animales, son vitales para el ecosistema, ya que transportan nutrientes desde el mar (donde los preteles cazan) a la tierra y esto permite el rebrote de la vegetación en la isla. La flora fue arrasada en Phillip Island al ser convertida en una colonia penal en 1788.