Cribados y no desprogramar actividad asistencial: propuestas y retos de los expertos ante el segundo otoño pandémico
La epidemióloga Sílvia de Sanjosé aboga para que haya que acreditar la vacunación o al menos un test negativo en la universidad
A finales de verano y con la rentrée a tocar, tres expertos de la covid-19 consultados por ACN aportan claves para mirar de entender las cuales puede pasar en los próximos meses y como nos tenemos que imaginar el futuro de la pandemia. La epidemióloga Sílvia de Sanjosé, el infectólogo del Hospital del Mar Robert Güerri y el genetista y profesor de la UOC Salvador Macip tienen claro que en 2021 acabará como un año pandémico y que 2022 también lo será, al menos hasta el verano. Con todo, confían en que a partir del año que viene se puedan recuperar parcelas de normalidad.
Los expertos coinciden en destacar que la inmunidad de grupo, en caso de que se pueda conseguir, hace falta situarla ahora en torno al 90% o por encima y que la vacunación es la solución, ya que hace más complicada la infección y sobre todo protege de la enfermedad grave.
«Mientras no llegamos a estas tasas de vacunación, el virus circulará de forma libre, sobre todo entre las personas no vacunadas. Cuando la tasa sea superior al 90%, en el virus, le costará mucho más saltar de persona a persona y las cargas virales serán cada vez más bajas», señala el doctor Güerri, jefe de sección del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital del Mar. «El objetivo tiene que ser vacunar el máximo de gente», destaca la doctora De Sanjosé, jefe del Grupo colaborativo multidisciplinar para el seguimiento científico de la covid-19.
Por su parte, el doctor Macip cree que se ha puesto «demasiado énfasis» en la inmunidad de grupo. Es muy difícil predecir cuando llegaremos a la inmunidad de grupo o si llegaremos. Es una línea de meta que cambia y creo que ha habido una mala interpretación o transmisión de la información para pensar que, cuando se llegaría a la inmunidad de grupo, la pandemia habría acabado», destaca al profesor de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC e investigador de la Universidad de Leicester.
Una sexta ola|oleada casi segura
La doctora De Sanjosé ve «probable» una sexta ola en las próximas semanas pero también señala que se sabe cómo se puede prevenir, con medidas como las mascarillas y los aislamientos y promoviendo al máximo la vacunación.
El doctor Macip deja claro que «mientras haya pandemia, habrá olas» pero qué cada ola es diferente en función de muchos factores, como el comportamiento social, las variantes o las coberturas vacunales. «Las olas que veremos a partir de ahora serán diferentes a las que hemos visto. El número de casos no irá en paralelo a la mortalidad. Con la población vacunada, el virus circula menos, pero no deja de circular y, si estar vacunados implica relajar medidas, habrá más casos», avisa.
El doctor Güerri da por hecha la sexta ola y dice que la incógnita es «como» será y que «dependerá mucho de las medidas que se tomen de forma anticipada». En este sentido, advierte que en el último año y medio se ha constatado que, cuando las medidas se han aplicado tarde, el virus «pasa por encima», como ha ocurrido en la quinta ola. «Habrá un incremento de contagios e ingresos, seguro, y tenemos que trabajar con esta hipótesis y con la planificación del sistema sanitario», apunta.
Retos de los próximos meses
El doctor Macip señala que las estrategias del otoño pasado no servirán por ahora, porque entonces ya no funcionaron bien –no evitaron la segunda ola- y porque ahora predomina una variante diferente, mucho más transmisible. «Tenemos que ser creativos a la hora de identificar puntos críticos», recalca. El genetista indica que uno de los grandes retos son las escuelas, porque es previsible que muchos niños sean asintomáticos y recuerda que en la mayoría de casos el variante delta infecta a toda la familia cuando entra en casa. Por eso ve en los cribados una herramienta «muy útil» que está siendo «desperdiciada» y propone de forma sostenida y masiva como hacen a otros países, como el Reino Unido, donde reside el investigador, o Alemania. En la misma línea, el doctor Güerri plantea sistemas de vigilancia epidemiológica capaces de detectar rápido el virus y cortar las cadenas de transmisión.
La jefa de sección del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Mar destaca que otro de los grandes retos de los próximos meses es «readaptar el sistema sanitario a la nueva realidad» para que los incrementos de contagios no sean tan «disruptivos» de la actividad asistencial. «Es un tema que me preocupa mucho. Hemos tenido cuatro plantas del hospital llenas por la covid-19 y eso implica que no se ha podido hacer la actividad que estaba prevista. A la atención primaria ha pasado el mismo. En momentos de crisis se puede asumir, pero a medio plazo es la destrucción del sistema sanitario de cara al ciudadano, a la atención de pacientes con patologías crónicas o la detección de enfermedades graves», advierte. El doctor Güerri pide fortalecer el sistema y doblarlo en algunos ámbitos para no tener que aplazar más actividad que no sea covid.
Algunos debates de la vacunación: obligatoriedad en algunos ámbitos y dosis de refuerzo
Para la doctora De Sanjosé, los principales retos pivotan en torno a la vacunación, para que la cobertura llegue al máximo de población. Así, ve necesario asegurar que en concentraciones de personas, los espacios sean seguros y se fija en el caso de las universidades. La epidemióloga reconoce que la obligatoriedad de la vacunación es un tema muy discutido, que implica criterios éticos, pero explica su posición: «Como científica, te diría que no se tendría que permitir que personas que se han protegido y han hecho el esfuerzo por protegerse estén en medio de gente que no se protege, a menos que tengan una prueba que no están infectados», dice sobre las universidades. Otra pregunta que se deriva es quien tendría que financiar estos tests, si la sociedad o la persona que no se ha vacunado, apunta.
Otro tema que genera debate en torno a la vacunación de cara a los próximos meses es si es necesario un recordatorio de la vaccinia. «Parece que las personas mayores o con un sistema inmunitario deficitario responden en la vacuna de una manera más débil y podrían ser candidatos al recordatorio de la vacuna. Estamos muy encima de este tema para poder aportar evidencias», dice.
¿Una vida cotidiana con medidas, hasta cuando?
En las postrimerías del verano y acariciando el desfasado 70%, las medidas más básicas de la covid-19, como las mascarillas o la ventilación, continúan bien presentes en la vida cotidiana y no parece que tengan los días contados. Otros, como las limitaciones tipos el toque de queda, hace pocos días que se levantaron por última vez y el Gobierno no descarta recuperarlas más adelante si hace falta. ¿Hasta cuándo nos tenemos que imaginar una vida cotidiana con medidas y bajo la sombra del contagio?
El doctor Güerri considera que los próximos seis meses son fundamentales para ver cómo se comporta el virus teniendo en cuenta la situación de estrés que significará el otoño y prevé: «Queda un año de medidas, hasta el verano que viene seguro. A partir de aquí, tenemos que ver qué forma endémica adquirirá el virus, si infecciones más graves o más leves». Para el infectólogo del Mar y también investigador del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM), algunas medidas no desaparecerán completamente, al menos en los entornos más vulnerables: «No me imagino ya pasando visita sin mascarilla».
Es difícil de prever, pero estamos lejos de romper el concepto de pandemia. Dada la baja vacunación de algunos países con mucha población, conviviremos con el virus durante muchos años, pero si tenemos la suerte de que no tenga mutaciones más graves, acabará siendo como un resfriado. Pero no parece que en 2022 se habrá solucionado el problema», dice la doctora De Sanjosé, que coincide con Güerri sobre medidas como las mascarillas: «No es un inconveniente tan grande llevar mascarilla si podemos hacer vida de ir a trabajar y hacer uso de los servicios. Y también hemos aprendido que algunas medidas han prevenido otras enfermedades, quizás ya quedarán en la cultura».
El doctor Macip señala que en el 2021 acabará como un año pandémico y que en el 2022, si todo va bien, se tendrían que recuperar muchas de las cosas de la vida normal» a partir de la primavera o del verano. Con todo, advierte que estas previsiones se pueden deshacer si aparece una nueva variante más transmisible o que escape de las vacunas. Macip imagina estos próximos meses similares a los anteriores, con un balance de restricciones y relajaciones y pide «no tener prisa»: «La pandemia no se ha acabado y querer correr nos ha jugado jugarretas. Tenemos que ser capaces de asumir las responsabilidades que tengo cada uno como políticos y ciudadanos».
Los expertos coinciden en destacar que el final que espera en el coronavirus es una «forma endémica», que genere problemas concretos a una parte de la población, que se podría revacunar para protegerse. «El resto de la gente, si todo va bien, lo acabará pasando como un resfriado. Si podemos conseguir que sea uno más de la lista, sin causar un gran impacto en el sistema sanitario y grande mortalidad, situación que ahora no tenemos, ya sería un buen final para la pandemia», señala Criado, que recuerda que sólo se ha conseguido eliminar un microbio que afectaba humanos, el de la viruela, en toda la historia. Por lo tanto, no habría que erradicar la covid-19, pero sí que acabara siendo un virus más.