Los potenciales peligros de la nueva variante de la covid con una «constelación de mutaciones»
Ha despertado la alerta por su capacidad para acumular mutaciones que ya se han presentado en otras versiones mortales del virus
Los expertos vigilan de cerca para analizar la evolución de la nueva variante del coronavirus, designada de momento C.1.2: aunque no ha sido señalada como de interés o preocupación por la OMS, ha despertado la alerta por su capacidad para acumular mutaciones que ya se han presentado en otras mortales versiones del virus.
La C.1.2 fue identificada en mayo pasado en Sudáfrica, y se trata de una nueva versión de la beta, anteriormente llamada variante sudafricana, una de las primeras que se extendió por el mundo.
Además de Sudáfrica, esta nueva versión se ha detectado en otros siete países, como Nueva Zelanda, Mauricio, Portugal o Suiza (en España aún no hay registros).
«Constelación de mutaciones»
Aunque hasta el momento no hay evidencia de que pueda desplazar a las variantes dominantes, como la delta, C.1.2 ha activado las alarmas por su capacidad de acumular mutaciones que se han demostrado efectivas en otras variantes.
En concreto, de acuerdo con un estudio publicado en la revista científica MedRxiv que aún no ha sido cometido a revisión, esta variante presenta una «constelación de mutaciones» que en otras versiones del virus han ayudado a acelerar la trasmisión y a reducir las capacidades para neutralizarlas.
Reúne hasta 59 mutaciones, un dato que salta a la vista porque lo normal es que el virus acumule solo hasta 25 de estos cambios. Las mutaciones se concentran en la espícula proteica, la llave que permite su entrada en la célula. La acción de las vacunas se concentra básicamente en identificar y neutralizar esta parte del virus.
Las mutaciones reunidas por C.1.2, según la publicación, proceden principalmente de las variantes alfa, delta, delta, eta y gamma; las primeras tres han sido dominantes durante la pandemia, de ahí la preocupación de los científicos.
Llamado a la calma
Sin embargo, en un artículo publicado en Science Alert, el virólogo Ian Mackay destaca que esta nueva versión de la variante sudafricana de momento no ha tenido mucha trasmisibilidad. Representa cerca de un 5% de los nuevos casos en Sudáfrica y en el resto del mundo solo se han registrado unas 100 infecciones. Esos datos exiguos no permiten hacer un pronóstico sobre su capacidad de infección.
De hecho, el científico hace un llamado a que no cunda el pánico. «C.1.2 tiene varias mutaciones preocupantes, pero no sabemos cómo van a funcionar todas ellas juntas», señala en el artículo.
«Solo por tener un montón de mutaciones no significa que todas ellas vayan a funcionar juntas para superar a otras variantes», agrega más adelante.
De hecho, la OMS no la ha clasificado aún ni como variante preocupante ni de interés, y algunos expertos han vaticinado que podría llegar a desaparecer, como ha sucedido con otras variantes.