Sucesos
Juzgan a un repartidor de comida a domicilio acusado de violar a un menor de 16 años en Santa Coloma de Farners
La fiscalía pide 10 años de prisión y el procesado niega los hechos
La entrega se hizo en el portal del inmueble porque, según han explicado al juicio tanto el menor como el procesado, el edificio no tiene interfono y el joven tuvo que bajar a abrir para recoger la comida. La acusación apunta que, una vez hecha la entrega, el procesado que entonces tenía 34 años empezó a decirle al menor de 16 que era «muy guapo» y que si quería quedar cuando acabara de trabajar.
El menor ha explicado al juicio que intentó cerrar la puerta pero que el procesado lo impidió y acabó entrando en el edificio. Una vez dentro, lo besó en dos ocasiones mientras le hacía tocamientos en el culo.
«Me quedé bloqueado, en estado de choque», ha dicho a la víctima. Entonces, relata el menor, el procesado lo sujetó con fuerza porla cintura, lo hizo girar y lo intentó penetrar. «Le impedí», ha declarado el menor que ha explicado que a continuación el repartidor lo obligó a hacerle una felación.
Cuando el repartidor se marchó, el joven subió a casa donde había sus padres y su hermana pequeña. No les dijo nada de lo que había pasado pero sí que le explicó a una amiga, con quién fue a dormir aquella noche. La chica lo convenció para que lo acabara explicando a sus padres y denunció los hechos a los Mossos d'Esquadra el 10 de junio.
Esta amiga, con quien ya no tiene relación, también ha declarado al juicio explicando lo que le había explicado porque, a preguntas de la defensa, ha dicho que dudaba de que fuera verdad porque la víctima dio versiones diferentes de los hechos.
El padre del menor ha asegurado que le pareció extraño que su hijo tardara tanto en subir con la comida y que sospechó que había pasado alguna cosa porque «le notó en la cara»: «No quiso comida y estaba a punto de llorar». Por eso, cuando finalmente lo confesó fueron a denunciar al repartidor de comida.
El procesado, que al juicio ha respondido a las preguntas de la defensa encabezada por el letrado Carles Monguilod, ha negado los hechos. Según su versión, fue a entregar el pedido tarde, a última hora. Cuando llegó al inmueble, el menor bajó y, como llovía, le dijo que entrara para no mojarse. Una vez allí, asegura que el menor le empezó a hacer tocamientos pero que él lo rechazó y se marchó. El acusado dice directamente que el relato de la víctima es «mentira».
La fiscalía acusa al repartidor de un delito de violación y pide 10 años de prisión y 6 años de libertad vigilada. Monguilod solicita la absolución. El juicio, que se ha hecho en la sección cuarta de la Audiencia de Girona, ha quedado visto para sentencia.