Judicial
Les piden 21 años de prisión por usar a un anciano enfermo para mendigar
La víctima, de 71 años, era explotada en Barcelona con condiciones tan deplorables que incluso tuvieron que amputarle una pierna
La Fiscalía pide 21 años de cárcel para un matrimonio por engañar presuntamente a un anciano enfermo, al que convencieron para trasladarse de Rumanía a Barcelona y obligaron a mendigar «en circunstancias deplorables», así como para el hombre que siguió explotando a la víctima tiempo después.
Se trata de una de las primeras veces que llega a juicio un caso de trata de seres humanos aplicado a la mendicidad, ya que normalmente se vincula a delitos de prostitución.
En su escrito de calificación provisional, al que ha tenido acceso Efe, el ministerio público atribuye a los acusados, en prisión preventiva, un delito de trata de seres humanos en concurso con otro de mendicidad, así como dos más de lesiones, y les exige el pago de una multa de 90.000 euros y más de 134.000 euros como indemnización.
De acuerdo con la Fiscalía, entre 2016 y 2018, los acusados se valieron de la «precaria situación y penuria» en la que vivía la víctima, de 71 años, para engañarla y conducirla hasta Barcelona, donde la explotaron para que mendigara sin proporcionarle los alimentos, la bebida ni la atención sanitaria necesarias, hasta el punto que tuvo que sufrir la amputación de una pierna.
Los hechos se remontan a septiembre de 2016 cuando el matrimonio ofreció a la víctima -que entonces se encontraba «viudo, sin hijos, sin empleo, sin subsidio económico, con escasos recursos económicos» y «padecía limitaciones» de movimiento- la posibilidad de mudarse con ellos a Barcelona para ganar «abundante dinero».
El hombre aceptó creyendo que la oferta era «generosa» y podría suponer «una oportunidad para mejorar su vida».
Una vez en la capital catalana, el matrimonio, que llegó a quitarle el pasaporte para «someterlo a su control», lo forzó a mendigar de lunes a viernes de las seis de la mañana hasta las diez de la noche, «sin descanso ni comodidad alguna», a sabiendas de que estaba enfermo y con la ayuda de otras personas que no han podido ser identificadas.
En concreto, los acusados llevaban cada día a la víctima a puntos turísticos, «le sentaban en el suelo con un panel de cartón donde expresaba que pedía limosna, le ponían un vaso de plástico para recoger el dinero y le colocaban al lado una silla de ruedas a la que, por carecer de fuerza suficiente, no podía subir sin ayuda».
Lo dejaban, apunta el fiscal, «sin documentación, sin agua ni comida bastante, sin descanso y enfermo».
A ratos le recogían la limosna recaudada y, al finalizar el día, lo devolvían a un local abandonado donde dormía «sobre una manta o planchas de cartón».
El hombre permaneció en estas «condiciones de explotación y aislamiento social» durante seis meses entre otoño de 2016 e invierno de 2017, «con nutrición deficiente, descanso inadecuado, falta de higiene, vestimenta incorrecta y sin la debida asistencia sanitaria» .
En un momento dado, en verano de 2017, el matrimonio «vendió» por 400 euros la explotación del anciano al tercer acusado, que continuó forzándolo a mendigar «con idéntico trato de desprecio» durante alrededor de un mes, hasta que fue finalmente rescatado a finales de agosto de 2018.
La policía logró rescatar a la víctima después de que ésta, motivada por los dolores que padecía, pidiera auxilio a los transeúntes y vecinos, que alertaron a los servicios asistenciales.
El hombre tuvo que ser ingresado y sufrió la amputación de su pierna izquierda debido al deterioro nutricional y a su estado «incompatible con los mínimos a considerar».