Economía
El Gobierno español descarta de momento subir impuestos al diésel
La ministra de Transición Ecológica no lo considera adecuado en la actual situación de incremento de precios
La ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, ha descartado hoy que, en la actual tendencia alcista de los precios de los carburantes, se vaya a subir los impuestos al diésel.
En declaraciones a RNE recogidas por Efe, Ribera ha recordado que en los últimos meses se ha vivido un incremento «muy notable» de los precios de los combustibles fósiles en los mercados internacionales, por lo que introducir un nuevo impuesto al diésel sería «enormemente sensible», ya que «perjudicaría a los que más lo necesitan».
En su opinión, «hay que tener cuidado» con el momento en que se introduzca y con el destino de los recursos que se obtengan, porque la fiscalidad es un elemento retributivo «muy notable y muy importante», razón por la que no entiende que todavía se oigan declaraciones «más bien al contrario», en las que se apuesta por «reducir drásticamente la fiscalidad» porque así «difícilmente vamos a poder acompañar y generar oportunidades».
Preguntada por la demanda de las comercializadoras de gas para que se reduzca el IVA como se ha hecho con la luz, la vicepresidenta cuarta ha respondido que «hay que gestionarlo con prudencia», con «nuestros compañeros de Hacienda» y sobre la base de que el Gobierno ya ha rebajado la fiscalidad de la electricidad y ha puesto un tope máximo a la factura del gas en la tarifa del último recurso.
Respecto a si las próximas paradas de las centrales nucleares de Almaraz y Cofrentes puedan tensionar más el precio de la luz en un otoño seco, Teresa Ribera ha dicho que ya estaban programadas (para mantenimiento y recarga de combustible) y que, a pesar de que el Gobierno pidió que no fueran tan próximas, van a coincidir con el mes de noviembre que es ventoso, lo que va a ser compatible con un incremento de la generación de energía eólica.
Ribera también se ha referido a la crisis diplomática entre Argelia y Marruecos, que provocó el cierre del gasoducto que alimentaba España por el último país. Ha destacado de ella que genera «preocupación» porque son países vecinos, a los que hay que prestar atención, acompañar y facilitar el mejor entendimiento y la mejor relación bilateral con España.