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Dos años y medio de prisión para una conocida tarotista y dos personas más por estafar a una clienta

Pepita Vilallonga y los otros dos condenados no podrán desarrollar actividades de esoterismo durante el mismo periodo

Imagen de archivo de unas cartas del tarot.

Dos años y medio de prisión por|para una conocida tarotista y dos personas más para estafar a una clientePixabay

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La Audiencia de Barcelona ha condenado a dos años y medio de prisión la conocida tarotista Pepita Vilallonga y dos personas más por un delito continuado de estafa. Tampoco podrán desarrollar actividades de esoterismo durante el mismo periodo. En cambio, han quedado absueltos del delito de pertenencia a grupo criminal. La sentencia da por probado que los tres acusados estafaron a una mujer a quien, Vilallonga en primer momento, pronosticaron la muerte inminente. La sala da por probado que se aprovecharon de la situación personal de la mujer y a través de varios tejemanejes consiguieron que esta les pagara más de 40.000 euros, bajo la excusa que lo estaban ayudando a evitar esta muerte.
Así, consiguieron primero el pago de 4.400 euros, más tarde le pidieron 10.000 más para obtener la ayuda del 'Padre Giorgio'. Dos días más tarde, los acusados informan a la mujer de que este hombre había sufrido un accidente y le piden 17.000 euros más, que la mujer accede a pagar. Más tarde también accede a pagar 10.000 euros más pero cuando le piden 3.000 más en una posterior visita, los informa de que no dispone de más efectivo.

La mujer pidió regularmente las facturas de todo lo que había pagado pero no le entregaron. En un momento dado, acudió a la consulta con una grabadora en el bolso porque ya era consciente que lo estaban estafando pero dos de los acusados se dieron cuenta de ello y le sustrajeron.

La víctima de la estafa se encontraba en un momento de gran fragilidad y vulnerabilidad emocional como consecuencia de un síndrome ansioso-depresivo con estrés emocional que arrastraba desde hacía años. Tenía concedida la jubilación por incapacidad permanente con grado de invalidez absoluta.

La tarotista había declarado que no conocía a la víctima y que nunca le había tirado las cartas. En su declaración aseguró que el día de los hechos se encontraba en una notaría y la defensa aportó un testimonio que así lo aseguraba. La sala pero no ve acreditada la presencia de la tarotista a la notaría o, en todo caso, que eso asegure que no pudiera estar también aquel día a la consulta y no tirar las cartas a la víctima. Añade el tribunal que no tiene dudas sobre la declaración de la víctima y que la participación de Vilallonga es «clara y evidente».

Sin embargo, descarta que las tres personas formaran parte de un grupo criminal ya que no se ha probado que la unión de los acusados para la comisión concertada de este tipo de delitos.

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