Sucesos
Los cuerpos encontrados en el bar de Parla presentaban navajazos y traumatismos
La Policía descarta la explosión como la causa de las dos muertes y las investiga como muertes violentas
Uno de los cadáveres encontrados este martes en un bar de la localidad madrileña de Parla presentaba varias heridas por arma blanca, mientras que el otro tenía traumatismos en la cabeza, según han señalado a EFE fuentes próximas a la investigación.
La Policía Nacional investiga este suceso como una muerte violenta y, aunque al principio se pensó que se había producido una explosión en la cocina, ya se ha rechazado esta hipótesis.
Sí que se produjo un pequeño incendio en la cocina de la freiduría La Espuela, situada en el número 21 de la calle Guadalajara, que fue el origen del olor a quemado que percibió el hombre que dio el aviso al 091.
Dentro del local, los agentes encontraron dos cadáveres, el del dueño del negocio, un español de 62 años, y el de un conocido. Había también restos de sangre y cristales en el suelo del local, explican las fuentes.
Uno de los cuerpos se encontraba después de la barra, entre la puerta del baño y la cocina, y el otro tendido en el suelo delante del mostrador. Llevaban varias horas muertos.
Este miércoles los forenses del Instituto de Medicina Legal (IML) estaban realizando la autopsia a los dos, lo que determinará la causa de la muerte.
Ahora los investigadores de Homicidios tratan de averigurar si el crimen fue realizado por una o diversas terceras personas o qué ocurrió entre los dos individuos en el interior del local.
Este martes estuvieron en el lugar, hasta bien entrada la madrugada, agentes de la Policía Científica y de la Policía Judicial de la Comisaría de Parla recaudando pruebas del suceso.
Un trabajador de un bar próximo fue el que encontró los cuerpos pasadas las tres de la tarde, ya que al pasar por la puerta de este establecimiento percibió un intenso olor de pólvora, según su testimonio.
Al acercarse a la puerta del local vio en su interior a dos personas tendidas en el suelo, con numerosos cristales esparcidos y restos de sangre, por lo cual llamó al 091 pensando que se había producido una explosión, cosa que está descartada por los investigadores, que pidieron la colaboración de los Bomberos de la Comunidad de Madrid.