Los gimnasios celebran la retirada del pasaporte covid pero aseguran que les costará recuperar a los clientes
El sector todavía ve «lejos» la recuperación porque el uso obligado de la mascarilla les penaliza mucho
El sector de los gimnasios y complejos deportivos ha recibido como una «gran noticia» la retirada del pasaporte covid para acceder a sus instalaciones. Aseguran que les ha comportado «muchos problemas» aplicarlo, tanto logísticos como económicos, y ahora se marcan el «complicado» reto de recuperar a los clientes perdidos.
Noemí Pena, responsable del gimnasio Diagonal Sports de la UPC, asegura que la aplicación del pasaporte comportó muchas bajas y que «costará mucho» recuperarlas porque que el uso obligatorio de la mascarilla para entrenar y los continuos cambios en las restricciones «no ayudan». «Es un paso adelante, pero seguiremos sufriendo porque muchos clientes prefieren entrenar por su cuenta al aire libre mientras dure la pandemia», añade.
El pasado 23 de noviembre, como en bares y restaurantes y residencias, el pasaporte covid pasó a ser necesario para acceder a gimnasios y complejos deportivos. Su aplicación supuso un golpe más para un sector muy castigado por la pandemia. «Desde la llegada de la covid hemos perdido a muchos clientes y la aplicación del pasaporte lo empeoró todo», señala Noemí Pena, responsable de varios centros deportivos, entre ellos el Diagonal Sports de la UPC.
Pena señala que tener que pedir el pasaporte covid a sus clientes, así como controlar el uso de la mascarilla, les ha obligado a hacer de «policías» y a resolver muchos conflictos entre sus usuarios. «El día a día ha sido difícil, por eso es tan buena noticia que ya no deba presentarse el pasaporte», celebra.
Más allá del esfuerzo logístico y la inversión económica que tuvieron que hacer para aplicarlo, el pasaporte covid les ha comportado perder a muchos abonados que no se habían ni querían vacunar y que hasta el momento habían aguantado. Un problema que se hizo especialmente evidente en gimnasios como el de la UPC, frecuentado mayoritariamente por estudiantes, el colectivo más reacio a vacunarse.
Pena destaca que con la retirada del pasaporte el reto ahora es recuperar a todos los clientes que se «han quedado por el camino». Un objetivo, lamenta, que no será fácil porque la gente «está cansada» de los cambios en las restricciones y, sobre todo, de tener que entrenar con mascarilla. «Hemos ofrecido la posibilidad de congelar las cuotas para mantener el vínculo con los clientes, pero muchos nos decían que preferían darse de baja hasta que todo pase. Costará recuperarlos», apunta.
La gestora deportiva cree que el sector acabará saliendo adelante, pero lamenta que todavía les quedan meses difíciles. Por eso reclama claridad en la aplicación de las restricciones para no generar más «incertidumbre».