La mascarilla deja de ser obligatoria en calle salvo eventos masivos de pie
También siempre será recomendable ponérsela cuando haya aglomeraciones urbanas
La mascarilla dejará de ser obligatoria al aire libre a partir del próximo jueves salvo en eventos multitudinarios en los que se esté de pie o cuando no haya distancia de seguridad si se está sentado, aunque siempre será recomendable ponérsela cuando haya aglomeraciones urbanas.
Así lo ha acordado este lunes el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud en una reunión en la que también se ha aumentado el aforo en las competiciones deportivas, incluyendo la Liga de fútbol y la ACB de baloncesto, que pasan del 75 al 85 % si se celebran en recintos abiertos y del 50 al 75 % si son a cubierto.
Estas cifras serán revisadas antes de que acabe el mes de febrero cuando, apuntan a Efe fuentes del Interterritorial, se confía en que se pueda retomar la totalidad del público. Algunas comunidades, como Madrid y Andalucía, se han abstenido en este punto porque aspiraban a que se eliminaran ya las limitaciones de aforo.
No obstante, el público deberá seguir respetando las medidas no farmacológicas, como el uso de mascarilla o la distancia de seguridad.
En este tipo de situaciones, como en otras multitudinarias, habrá que seguir usándola si se está de pie o si no hay una distancia de 1,5 metros si se está sentado.
Además, será recomendable ponérsela cuando haya aglomeraciones urbanas, tal y como han establecido el Ministerio y la práctica totalidad de las comunidades a excepción del País Vasco que, como viene siendo habitual, se ha abstenido en la votación por cuestiones competenciales.
Las condiciones para poder quitarse la mascarilla al aire libre estarán detalladas en el real decreto que mañana llevará al Consejo de Ministros la titular de Sanidad, Carolina Darias, y que el miércoles se publicará en el BOE para que pueda entrar en vigor el jueves.
Darias ya avanzó el pasado viernes la intención del Ejecutivo de eliminar la imposición del cubrebocas en exteriores, una medida que el Gobierno adoptó el pasado 22 de diciembre por el tiempo mínimo indispensable para tratar de contener el auge de casos por el avance de la variante ómicron.
Lo hizo a petición de casi todos los líderes autonómicos que así lo reclamaron en la Conferencia de Presidentes celebrada un día antes, y eso que desde el principio fue una solución cuestionada por expertos en epidemiología y salud pública, que la tildaron de medida estética sin utilidad alguna para contener la transmisión.
El anuncio de Darias levantó la crítica de muchas autonomías que, aun estando de acuerdo con el fondo, censuraron que avanzara el fin de las mascarillas apenas tres días después de que el Congreso convalidara el decreto con el que las reinstauró en exteriores y sin haberlas consultado antes.
«No hemos entendido por qué ahora», ha resaltado el consejero madrileño, Enrique Ruiz Escudero, que ha criticado al Gobierno por defender «lo mismo y lo contrario» en una misma semana. «Es sorprendente», ha añadido.
Madrid también ha reprochado a Sanidad que no haya eliminado las restricciones de aforo en el deporte, ya que, en su opinión, «había que ser más valientes», puesto que «no tiene mucho sentido» que haya un límite de público a los partidos de fútbol o baloncesto en los mismos recintos en los que se celebran conciertos «con miles de asistentes».
El conseller catalán de Educación, Josep González-Cambray, ha dado un paso más y ha pedido que se eliminen las mascarillas también de las escuelas «lo más pronto posible», siempre en función de la situación sanitaria. «Sería una fantástica noticia» si se retiraran «primero en los patios y, después, en las aulas», ha señalado.
Por su parte, el conselleiro de Sanidad, Julio García Comesaña, ha celebrado la retirada de las mascarillas en la calle, aunque ha avisado de que «quedan restricciones muy puntuales» que se deben «seguir manteniendo».
Con todo, ha mostrado su convencimiento de que «el volumen de casos que tenemos es suficiente para plantear un abordaje diferente» y que por ello seguirá insistiendo en la Comisión de Salud Pública que se celebra esta semana en reducir el periodo de cuarentena de siete a cinco días.