Un fármaco contra el alcoholismo protege de la lesión pulmonar de la covid
El tratamiento con esta sustancia se ha mostrado exitoso con ratones
El disulfiram es un viejo conocido de la disciplina farmacéutica: se aprobó hace ya más de 70 años para tratar el alcoholismo. Sin embargo, ahora, los investigadores le han encontrado otro uso: al parecer, esta sustancia es capaz de proteger nuestros pulmones frente a las lesiones pulmonares que causan en ellos infecciones como la covid.
El disulfiram tiene el uso potencial de proteger contra ciertos tipos de lesiones pulmonares, incluyendo las que son características de la infección por el SARS-CoV-2, tal y como expone un artículo publicado en el medio especializado JCI Insight.
Concretamente, las lesiones contra las que el fármaco parece ser efectivo son las que derivan de la formación por parte de las células inmunitarias de unas estructuras en forma de red denominadas trampas extracelulares de neutrófilos o NET.
Estas estructuras tienen la capacidad de atrapar y eliminar organismos infecciosos, pero al mismo tiempo perjudican a los pulmones y los vasos sanguíneos, provocando acumulación de líquido en los pulmones (EDM) y favoreciendo la formación de trombos.
Pues bien, desde 2020 los científicos saben que el disulfiram tiene la propiedad de inhibir en parte el proceso inflamatorio que desencadena la formación de NET, ya que interfiere con una molécula necesaria para ello, la gasdermina D.
Estos efectos se han probado, con éxito, en modelos de ratón, que si eran tratados con disulfiram veían aumentar su tasa de supervivencia ante las lesiones pulmonares desde un 40 hasta un 95%.
En modelos animales, incluso, el disulfiram ha dado mejores resultados que el principal fármaco empleado actualmente en el tratamiento de la covid grave, la dexametasona.
La historia del fármaco
La historia del disulfiram está llena de giros sorprendentes. Originalmente era un compuesto empleado en la producción industrial de caucho, pero un buen día de 1948 un grupo de investigadores vio en este químico potencial como tratamiento antiparasitario y decidió comenzar una serie de ensayos clínicos en este sentido.
Los científicos en cuestión probaron la sustancia ellos mismos, y aunque no parece que realmente fuera tan efectivo contra los parásitos, lo que sí observaron es que interactuaba violentamente con las bebidas alcohólicas. Tanto fue así que los afectados enseguida vislumbraron su potencial como tratamiento para el alcoholismo.
Y es que el disulfiram interviene en la metabolización de el alcohol, impidiendo que el acetaldehído se transforme en ácido acético. Cabe señalar que el acetaldehído es uno de los metabolitos del alcohol responsables de la resaca.
De esta manera, quienes ingieren alcohol junto a disulfiram sufren una reacción, entre 5 y 10 minutos después, que incluye erupciones cutáneas, taquicardia, respiración entrecortada, náuseas y vómitos (y, en casos extremos, puede llegar a ser letal). La idea es que este cruel efecto disuada al paciente de beber alcohol.