Desarrollan un nuevo test que aspira a reemplazar las PCR

Un grupo de investigadores de la Universidad Estatal de Arizona y de la Universidad de Washington (ambas de Estados Unidos) han desarrollado un nuevo método de detección de virus como el SARS-CoV-2 o el ébola, tal y como recoge el medio Medscape.

El sistema pretende superar algunos de los inconvenientes de los medios de detección habituales, como son ELISA (test por inmunoabsorción ligado a enzimas, por sus siglas en inglés) y PCR (Reacción en Cadena de la Polimerasa): en el caso del primero, su menor especificidad y, en el del segundo, los altos requerimientos de equipo y personal especializados.

Los test ELISA funcionan como un candado y una llave: miden la cantidad de un determinado anticuerpo que 'encaja' con determinado antígeno, fijado a una placa de plástico con un test colorimétrico.

Las pruebas PCR, por su parte, amplifican una secuencia de ADN específica con un partidor (una cadena de ácido nucleico que sirve de punto de partida para la replicación del ADN y, a través de un tinte acoplado a ese partidor, miden la concentración de dicha secuencia de ADN.

Ambos requieren de equipo y personal especializado, lo que encarece y complica su realización, especialmente en escalas masivas. La respuesta a esto, opinan los investigadores que han desarrollado este sistema, estaría en los 'nanocuerpos' y en los 'nanosensores' que pueden detectarlos.

Los nanocuerpos, explican, son fragmentos de anticuerpo que, en este caso, se unen a un antígeno específico, la estreptavidina. La estreptavidina, a su vez, es muy afín a la biotina, una vitamina; esta interacción permite que los nanocuerpos se unan a partículas de oro que actúan como señalizador que identifica el antígeno. A través de leds y fotodetectores, posteriormente se realiza una medición colorimétrica de la preparación que arroja el resultado.

Más barato y más sensible

Los responsables del invento han ido más allá, desarrollando también un dispositivo que convierte el color absorbido por las partículas de oro en una corriente eléctrica a medida que la luz pasa a través de la preparación. Así, obtienen lecturas colorimétricas, espectrométricas y electrónicas que arrojan la cantidad de antígeno presente (y, por tanto, la magnitud de la infección).

Además, destacan las ventajas que podría tener este método: un coste reducido (alrededor de un céntimo cada test), su velocidad (entre 15 y 20minutos) y su sensibilidad (más de 10 veces superior a la de un test ELISA.

Cabe señalar, no obstante, que la prueba se realiza sobre una muestra de sangre, y no una de saliva. Esta tecnología, por otra parte, puede adaptarse para otros antígenos, con lo que puede servir para detectar muchos virus diferentes.