Sucesos
Condenan a seguir un curso de igualdad a un hombre per una agresión racista en Barcelona
El autor de los hechos insultó i golpeó a la víctima por «robar el trabajo a los españoles»
El usuario de un centro de acogida de Barcelona ha aceptado una condena de seis meses de cárcel, que podrá eludir si sigue un curso sobre igualdad, por haber increpado y golpeado a un empleado de la entidad por ser negro, mientras le acusaba de «quitar el trabajo a los españoles».
En su sentencia, la Audiencia de Barcelona ha condenado al procesado por un delito contra los derechos fundamentales y otro leve de lesiones, después de que este pactara con la Fiscalía y la acusación particular ejercida por la víctima una pena de seis meses de cárcel que le ha sido suspendida.
De esa forma, el condenado podrá evitar su ingreso en prisión siempre que no delinca durante los dos próximos años, pague la indemnización de 360 euros fijada en sentencia para la víctima -a la que no podrá acercarse en cuatro años y medio- y supere un curso de aceptación de la diversidad y de igualdad de trato.
Esta agresión racista ocurrió el 22 de diciembre de 2019 en las instalaciones del centro asistencial de acogida para personas con riesgo de exclusión social Casa Repós Sant Camí de la Fundación Santa Creu de Barcelona, donde la víctima trabajaba como auxiliar.
Según los hechos que relata la sentencia y que fueron aceptados por el acusado, la víctima se acercó a él con el propósito de mediar en una discusión que estaba manteniendo con otro usuario del centro de acogida.
El procesado se dirigió entonces al auxiliar y le gritó «mono negro», en una «clara alusión despectiva a sus características morfológicas de color y rasgos faciales», según la sentencia, al tiempo que le espetaba: «ese uniforme no te lo mereces, estás quitando trabajo a los españoles».
Según el tribunal, el procesado «no cejó en su intento de ridiculizar» a la víctima incluso después de que otros empleados del centro le reprendieran su actitud e incluso llegó a escupirle y a golpearle con la mochila en el pecho «en señal de desprecio».
«Te voy a cortar los huevos», «te voy a matar», «si estuvieras en la calle te quemaríamos con gasolina», fueron algunas de las amenazadoras palabras con las que el procesado de dirigió a la víctima, ante el que llegó a blandir una pequeña navaja -que después se guardó en el bolsillo- y a abofetear en la oreja mientras le advertía «viva España, este es mi país, tú no tienes que estar aquí».
Para el tribunal, tanto las expresiones utilizadas por el procesado como el «tono y la violencia empleada» supusieron un «grave atentado a la dignidad» del auxiliar, al que pretendía «herir en su amor propio y ridiculizar por sus características ante el resto de usuarios del centro y de compañeros».
De hecho, precisa la sentencia, no era la primera vez que el acusado de dirigía a la víctima «empleando similares adjetivos despectivos referidos a sus rasgos y su color de piel».