Historia
Descubren que el 'Tyrannosaurus rex' no era lo único de su especie
Hasta ahora se creía que era único, pero un grupo de expertos consideran diferenciar en tres grupos diferentes
El Tyrannosaurus rex, uno de los dinosaurios más famosos, es la única especie reconocida de su género hasta la fecha, pero un nuevo análisis de restos ha llevado a un grupo de expertos a sugerir que, en realidad, habría tres grupos diferentes.
El estudio, publicado este martes por Evolutionary Biology y firmado por científicos estadounidenses, revela diferencias físicas en el fémur, otros huesos y estructuras dentales, que podrían sugerir que los especímenes del Tyrannosaurus rex deben ser recategorizados en tres especies distintas.
Los autores proponen, así, la existencia de dos nuevas especies, que bautizan como Tyrannosaurus imperator y Tyrannosaurus regina, junto a la única reconocida hasta la fecha, Tyrannosaurus rex.
El equipo, dirigido por el paleontólogo Gregory Paul, analizó los huesos y restos dentales de 37 especímenes de tiranosaurio y comparó la robustez del fémur en 24 de ellos. También midieron el diámetro de la base de los dientes o el espacio en las encías para evaluar si tenían uno o dos incisivos delgados.
Los autores observaron que el fémur variaba entre los especímenes, algunos eran más robustos y otros, más ligeros. Además, había dos veces más de los primeros, lo que sugiere que no se trata de una diferencia causada por el sexo, que probablemente daría lugar a una división más uniforme.
Del mismo modo, consideran que la variación no está relacionada con el crecimiento, ya que se encontraron fémures robustos en algunos especímenes juveniles de dos tercios del tamaño de un adulto y fémures más gráciles en otros.
La estructura dental también varió entre los especímenes, aunque solo en doce de ellos se conservaban restos tanto del fémur como dentales.
Los expertos vieron que aquellos que tenían un incisivo se correlacionaban, a menudo, con un fémur más ligero, indica la revista.
Un ancestro común de fémures robustos
De los especímenes de tiranosaurio, 28 pudieron ser identificados en distintas capas de sedimentos (estratigrafía) en las formaciones Lancianas de la parte superior del Masstrichtiano en América del Norte (estimadas entre 67,5 y 66 millones de años atrás) y, además, los autores los compararon con otras especies de terópodos encontradas en capas inferiores de sedimento.
La variación de la robustez del fémur en la capa inferior no era diferente a la de otras especies de terópodos, lo que indica que, probablemente, a ese punto solo existía una especie de tiranosaurio.
Sin embargo, solo se identificó un fémur de tiranosaurio grácil en la capa media y otros cinco similares en la zona superior junto a otros robustos.
Esto sugiere que los restos encontrados en las capas más altas del sedimento se desarrollaron físicamente en formas más distintas en comparación con los de las más bajas y otras especies de dinosaurios.
El equipo considera que los cambios en el fémur pueden haber evolucionado a lo largo del tiempo a partir de un ancestro común con fémures más robustos para volverse más grácil en especies posteriores.
Las diferencias a través de las capas de sedimento pueden considerarse «lo suficientemente distintas» como para que los especímenes puedan ser considerados «especies separadas», destaca Paul.
Distribución por capas
De las dos posibles nuevas especies de tiranosaurio, el imperator se refiere a los especímenes encontrados en las capas inferiores y medias del sedimento, caracterizados con fémures más robustos y generalmente con dos dientes incisivos.
El regina está vinculado a restos de las capas superiores y posiblemente medias del sedimento, caracterizados con fémures más delgados y un diente incisivo.
La especie reconocida Tyrannosaurus rex fue identificada en la capa superior y posiblemente en la capa media del sedimento, con restos que conservan fémures más robustos y que solo tienen un incisivo.
Algunos ejemplares analizados no pudieron ser identificados a partir de sus restos, por lo que no fueron asignados a una especie.
Los autores reconocen que no pueden descartar que la variación observada se deba a diferencias individuales extremas o a un dimorfismo sexual atípico, en lugar de a grupos separados.