Zelenski condena el «silencio» de Occidente ante las «atrocidades» de Rusia

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha lamentado en un nuevo discurso televisado el «silencio» de los países occidentales ante las «atrocidades» del ejército ruso, que durante el fin de semana ha continuado con bombardeos contra objetivos civiles en varias ciudades del país. En un discurso distribuido el domingo por la noche y traducido por la agencia Ukrinform, Zelenski ha asegurado que Rusia actúa «con impunidad» porque «no hay reacción» del resto del mundo y las sanciones impuestas hasta ahora «son insuficientes». El líder ucraniano ha reiterado el llamamiento para imponer una zona de exclusión aérea –opción que la OTAN por ahora descarta- y ha dicho que, si no se hace eso, al menos hace falta que se dé aviación al ejército ucraniano para «protegerse».

«Si no nos dais aviones para protegernos, sólo podemos llegar a una conclusión: nos quieren muertos lentamente», ha lanzado Zelenski, en un emotivo discurso donde también ha apelado al «deber moral» de la comunidad internacional de ayudar a los ucranianos.

«No perdonaremos los tiros contra gente desarmada. La destrucción de nuestras infraestructuras. Los centenares y centenares de víctimas. Los millares de sufrimientos. Y Dios no lo perdonará. Ni hoy, ni mañana, ni nunca», ha afirmado el presidente ucraniano.

Zelenski ha indicado que Ucrania «perseguirá» a los responsables de los ataques contra su población. «No habrá ningún lugar tranquilo, en esta tierra, para vosotros. Excepto la tumba», ha sentenciado.

Las palabras de Zelenski llegan después de un nuevo duro fin de semana, en el que los diversos intentos de alto al fuego para crear corredores humanitarios han fracasado. Las informaciones difundidas por los servicios de emergencia ucranianos apuntan a ataques contra objetivos de la población civil en varias ciudades.

Este lunes, agencias estatales rusas informan de que el Kremlin estaría dispuesto a aplicar un alto al fuego «humanitario» para permitir la evacuación de civiles en ciudades como la capital, Kíiv, pero también en Mariúpol, Kàrhiv o Sumi.