Investigación
Un test no invasivo servirá para detectar el síndrome del intestino irritable
El test utiliza una muestra de excremento para hacer el diagnóstico y se estudiará en 300 pacientes con síntomas de la enfermedad
El Hospital Vall d'Hebron y la empresa biotecnológica Goodgut harán un estudio para poder implementar un test que diagnostica el síndrome del intestino irritable de forma no invasiva. El test, llamado Raid-dx, utiliza una muestra de excremento para detectar la enfermedad y, según la Vall d'Hebron, es el primer método de diagnóstico no invasivo con respecto al síndrome del intestino irritable. El estudio se llevará a cabo con 300 pacientes con síntomas de la enfermedad. Según la empresa que ha desarrollado el test, su aplicación permitirá evitar el 30% de los tests actuales y reducirá el tiempo necesario para hacer el diagnóstico al paciente. El síndrome del intestino irritable hace sufrir estreñimientos o diarreas frecuentes y afecta a un 11% de la población europea.
Goodgut, la empresa desarrolladora de este test no invasivo y que pertenece al grupo gerundense Hipra, asegura que la implementación del Raid-dx ahorrará el 30% de los tests actuales porque estos sólo sirven para descartar otras enfermedades, mientras que su test sirve para diagnosticar «en positivo» el síndrome del intestino irritable.
Además, este instrumento permite discriminar este síndrome de otras enfermedades inflamatorias intestinales como la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn, que presentan una sintomatología similar.
En este estudio, individuos previamente diagnosticados con la enfermedad en cuestión y otros que presenten sintomatología en el momento de empezar el estudio, formando a un total de 300 pacientes, serán sometidos al test RAID-Dx con el fin de evaluar el rendimiento clínico del instrumento. Además, se medirá el impacto en la calidad de vida del paciente en base a la mejora en la rapidez del diagnóstico y el acceso al tratamiento, así como el ahorro que puede representar.
El síndrome del intestino irritable es un trastorno funcional del intestino que provoca estreñimiento y diarreas con bastante frecuencia. Actualmente afecta entorno del 11% de la población europea y se encuentra dentro del ranking de las 10 enfermedades más difíciles de detectar, alargándose el diagnóstico entre 1 y 5 años.