Política
España y Marruecos acuerdan reabrir las fronteras en Ceuta y Melilla
Pedro Sánchez destaca la voluntad de ambos países de abordar una hoja de ruta «duradera y ambiciosa»
España ha remachado el acercamiento a Marruecos impulsado por el cambio de postura en torno al Sáhara occidental con un acuerdo entre ambos países que permitirá reanudar la colaboración en materia de control de la migración y la reapertura gradual de las fronteras de Ceuta y Melilla. El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, lo ha explicado en rueda de prensa después de la cumbre que ha mantenido este jueves con el rey marroquí, Mohamed VI, a quién ha reconocido el «papel protagonista» en la nueva relación entre ambos países. Sánchez ha remarcado que quiere que la nueva relación se base en principios «sólidos», en una hoja de ruta «clara» que permita la «gestión de los asuntos de interés» de manera concertada «sin cabida para los actos unilaterales».
Aparte de la reapertura de las fronteras de Ceuta y Melilla y de la recuperación «gradual» del flujo de personas y mercancías, también se reanudarán las conexiones marítimas y los preparativos de la operación Paso del Estrecho.
El acuerdo establece reactivar el grupo permanente de migración y crear nuevos para abordar aspectos económicos, de infraestructuras, culturales o del ámbito deportivo, entre otros. La tarea de todos estos grupos se acabará de dirimir en una cumbre de alto nivel entre los dos ejecutivos que tendrá lugar «antes de acabar el año», según ha explicado Sánchez.
«Iniciamos una nueva singladura entre España y el Marruecos que nos tiene que permitir lindar con seguridad los retos pero también las múltiples oportunidades para el futuro de esta colaboración estrecha entre ambos países. Una auténtica asociación entre España y el Marruecos para el siglo XXI», ha afirmado Sánchez.
El presidente español no ha dudado de que la política migratoria del Estado sale «reforzada» con el acercamiento a Rabat, y ha confiado en que no se vuelvan a producir escenas como las vividas el año pasado, cuando centenares de personas saltaron las vallas fronteras de Melilla en lo que se consideró un relajamiento del control marroquí como represalia por la atención sanitaria española a un líder del Frente Polisario.