Ley del aborto contemplará permiso retribuido desde la semana 39 del embarazo
El texto no incluirá el IVA superreducido del 4% para los productos de higiene femenina
La nueva ley del aborto, que aprobará este martes el Consejo de Ministros, contemplará un permiso retribuido desde la semana 39 del embarazo, tres semanas más tarde que la propuesta inicial del Ministerio de Igualdad, que planteaba este derecho a partir de la semana 36 de gestación.
El texto no incluirá, sin embargo, el IVA superreducido del 4% para los productos de higiene femenina ante la negativa del Ministerio de Hacienda, según ha avanzado la ministra de Igualdad, Irene Montero, en una entrevista en la Cadena Ser, que, no obstante, ha dejado claro que lo seguirá «peleando» y se volverá a negociar en los presupuestos del Estado.
Sobre el permiso retribuido, Montero ha reconocido que, pese a las primeras versiones del borrador, que proponía el permiso remunerado para la semana 36, el último trimestre de embarazo, en la negociación con el Gobierno se ha quedado en la semana 39.
Respecto a los productos para la menstruación y el IVA superreducido, Montero ha recordado que esta medida forma parte del acuerdo del Gobierno de coalición, ha insistido en que se tendrá que implementar porque es «urgente» y supone un coste de 30 millones de euros.
Montero ha confiado en que en esta legislatura se avance de forma decidida en ello y ha subrayado que «con el sobrecoste de las obras de la M-30 se hubiesen pagado 69 años de una reducción de los productos de higiene menstrual».
La ministra también ha recordado que un 22 % de las mujeres dice que no puede pagar estos productos porque «no tiene una economía que se lo permita».
Montero ha confirmado que el texto de la ley ya está cerrado y hay acuerdo para la baja laboral en caso de menstruaciones dolorosas con coste a cargo de la Seguridad Social desde el primer día y con la duración que necesite cada mujer.
Ha explicado que se regulará a través de una incapacidad temporal especial y ha valorado que España será el primer país de Europa que comenzará a hablar de una cuestión que hasta ahora se ha vivido desde «el tabú y la vergüenza».