Sociedad
Los niños españoles de entre 7 y 15 años ya tienen el móvil y la tableta como sus juguetes preferidos
En el barómetro realizado con 1.200 menores estos afirman que no podrían vivir sin estos dispositivos
El primer barómetro realizado por la cátedra RTVE y la Universidad de Salamanca sobre el uso de los niños y adolescentes de los medios digitales refleja que los menores de entre 7 y 15 años aseguran que no podrían vivir sin teléfono móvil ni tableta y que son sus «juguetes» preferidos.
Este barómetro, que se ha realizado a partir de una encuesta a 1.200 menores de esta franja de edad de toda España, también alerta de un incremento de la ansiedad y el estrés entre los jóvenes cuando no utilizan estos dispositivos, según ha explicado el director de esta cátedra, Félix Ortega.
El uso y consumo del teléfono móvil es, principalmente, para el entretenimiento y visionado de vídeos musicales o televisión, según la encuesta, que además concluye que a los menores «no les gusta la publicidad».
Otra de las conclusiones del barómetro señala que los niños de entre 7 y 15 años querrían que les enseñaran en el colegio, y de «forma regular», las formas de protegerse de las amenazas en las redes sociales y en Internet, además de revelar que son los padres los que utilizan ordenadores y teléfonos para ayudar a los menores con las actividades escolares.
Ante estos datos, el barómetro ha concluido que su objetivo es proteger a los niños «de las amenazas y daños potenciales» y ofrecerles «formación-educación, asesoramiento, acompañamiento, supervisión, así como contenidos de calidad para velar por sus derechos y ser salvaguardia también en el mundo digital».
En esta línea, el director de la cátedra ha comparado los parques o jardines donde se jugaba en anteriores generaciones con los «parques digitales», sobre los que, en su opinión, no se sabe educar, por lo que ha considerado como necesario encontrar «herramientas para proteger sobre perros ladradores» digitales que pueden «morder y dañar en la autoestima, en la imagen, en la relación social o en el bullying».
«El consumo de contenidos de baja calidad, amenazantes y peligrosos, pueden ser dinamizadores de los altos incrementos en trastornos del comportamiento alimenticio, o de los altos niveles de suicidios entre menores y adolescentes», ha señalado.
Por ello, para Ortega, es necesario disponer de un servicio público de televisión para proveer «de parques digitales seguros, con garantías para explotar las oportunidades que dan» y ha puesto como ejemplo al canal Clan TVE, de Televisión Española, que con su bilingüismo «permite mejorar muchísimo el aprendizaje de idiomas en España».
Ante estas reflexiones, el secretario general de RTVE, Alfonso María Morales, ha reconocido un «déficit considerable» entre lo que una parte de la sociedad demanda y las respuestas que da un servicio público como la televisión, que «debe contribuir a satisfacer las demandas de los clientes, que son los ciudadanos».
Entre esos «clientes» están los menores, por lo que es necesario «conocer cuáles son los mecanismos que hacen que se alejen de lo que es el consumo tradicional de los contenidos audiovisuales y accedan a otro tipo de plataformas, como las redes sociales».
«Tenemos la obligación de ofrecer un servicio completo. Y a los menores, con más motivo, porque son el futuro. Tenemos que hacer una apuesta seria por conocer cuales son esos mecanismos, para poder implementarlos en nuestra oferta de contenidos, con nuevos instrumentos y mecanismos que nos acerquen a ese público que a día de hoy accede al ocio digital no a través de la televisión convencional», ha agregado.
A lo largo de esta jornada, se ha presentado el acuerdo de colaboración con el Alto Comisionado contra la Pobreza Infantil de Presidencia del Gobierno, cuya directora, Carmen Gayo, ha explicado que desde el Gobierno, y con el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, se va «a desarrollar un proyecto, junto con el Ministerio de Derechos Sociales, en competencias digitales para la infancia vulnerable».
Este proyecto estará dotado de 200 millones para llevar a cabo, a través de ayuntamientos, la formación para dotar de competencias digitales a los niños que «tengan más dificultades».