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El Fondo Catalán de Cooperación reivindica la acogida más allá de Ucrania

El 20 de junio se conmemora el Día Mundial de las Personas Refugiadas

Una familia regresa a Ucrania por el paso fronterizo de Medyka.

El Fondo Catalán de Cooperación reivindica la acogida más allá de UcraniaACN

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El Fondo Catalán de Cooperación al Desarrollo (FCCD) recuerda que por todo el mundo hay espacios «oscuros» sin derechos donde se amontonan personas en campos de refugiados y que la realidad migratoria que se ha dado con la guerra en Ucrania es toda una «excepción». En este sentido, el director de la entidad, David Minoves, exige, en declaraciones a la ACN, «cerrar los campos y abrir fronteras» y dejar de ver la migración como un problema porque es un hecho connatural de la especie humana: «No podemos estar criminalizándola constantemente». Una treintena de ayuntamientos vinculados al Fondo Catalán de Cooperación organizan actos este lunes, 20 de junio, para conmemorar el Día Mundial de las Personas Refugiadas y exigir «vías legales y seguras».

Minoves explica que en el mundo hay más de 100 millones de desplazados forzados por conflictos armados y reclama que la protección sea aplicable a estas personas para que no queden atrapadas tras la valla de las fronteras. «La migración es un derecho y la acogida una obligación», reivindica el director del FCCD.

La frontera de Medyka

El responsable del Fondo Catalán de Cooperación ha hablado desde el punto fronterizo Medyka, en Polonia, donde se ha concentrado el gruesode las migraciones forzadas provocadas por la guerra de Ucrania. Después de cuatro meses, sin embargo, la intensidad del paso de personas se ha reducido considerablemente, han desaparecido las colas y también los puntos de asistencia de personas al lado polaco de la frontera.

Actualmente, mucha de la gente que atraviesa hacia Ucrania son personas que intentan volver: «Creen que se dan las condiciones y no quieren seguir viviendo fuera de casa», apunta a Minoves. También hay que entran y salen para visitar a los hombres de la familia, que no han podido huir de la guerra por si hay que servir al ejército. «Hay familias rotas», se lamenta el director del Fondo.

En el lado ucraniano de la frontera el principal problema es ahora el paso de vehículos. Centenares de camiones se amontonan en el arcénde la carretera que conecta Lviv con Medyka esperando su turno para cruzar al otro lado. Los tiempos de espera pueden llegar a ser de una semana entera.

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