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Descuentos para comprar un piso a cambio de sandías o ajos

En China, la debilidad del mercado regulado por el Estado obliga a las inmobiliarias a aceptar pagos en especie

Imagen de la ciudad de Shenzen, en China.

Imagen de la ciudad de Shenzen, en China.Pixabay

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Algunas promotoras chinas han comenzado a aceptar sandías, trigo, ajos o melocotones para hacer descuentos a los compradores de vivienda ante la debilidad del mercado y las restricciones a las bajadas de precios impuestas por las autoridades para evitar que se desplomen.

Según informa hoy el diario hongkonés South China Morning Post, una constructora de Nanjing (este) hace un descuento de 100.000 yuanes (unos 15.000 dólares o 14.300 euros) si el comprador de un piso nuevo les entrega 5.000 kilos de sandías, lo que se traduce en que la promotora pagaría cinco veces más por cada kilo que el precio actual en el mercado mayorista.

Los pisos que vende esta promotora, Nanjing Seazen Holdings, salieron al mercado con un precio de unos 18.800 yuanes (2.810 dólares, 2.694 euros) por metro cuadrado, es decir, entre 1,5 y 2,3 millones de yuanes (entre 224.000 y 344.000 dólares, entre 215.000 y 330.000 euros) por apartamento.

En Wuxi (este), otra constructora acepta melocotones para descontar hasta 188.888 yuanes (28.200 dólares, 27.000 euros), mientras que en la provincia central de Henan una promotora rebajó sus precios en hasta 160.000 yuanes (24.000 dólares, 23.000 euros) a cambio de trigo o ajo, lo que se saldó con 30 pisos vendidos y la empresa acumulando hasta 430.000 kilos de ajos.

«Como los gobiernos locales no les autorizan a llevar a cabo rebajas de precios a voluntad, las promotoras se tienen que buscar maneras disimuladas de hacer descuentos», explicó Zhang Dawei, analista jefe de la agencia inmobiliaria Centaline.

A finales del año pasado, ante la crisis de grandes firmas del sector como Evergrande -que acumula un pasivo de más de 300.000 millones de dólares-, la desconfianza de los posibles compradores se tradujo en un frenazo del mercado, a lo que las promotoras respondieron bajando sus precios para tratar de acelerar sus ventas con el objetivo de recuperar su inversión y pagar a sus acreedores.

«En algunas ciudades, si las rebajas de precios no son suficientemente grandes, los compradores no llevarán a cabo adquisiciones. En algunas zonas, las ventas no son satisfactorias, así que a las promotoras les falta capital», indicó el consejero delegado de Centaline, Andy Lee.

Según South China Morning Post, entre enero y mayo las 100 principales inmobiliarias del país vendieron un 50 % menos que en el mismo período de 2021.

Sin embargo, las autoridades de decenas de ciudades pusieron un «suelo» a los precios inmobiliarios, limitando los descuentos que podían hacer las constructoras para evitar una «disrupción del orden normal» del mercado inmobiliario y del sector, cuyo peso sobre el PIB nacional rondaría el 30 %, según algunos analistas.

Si bien el Gobierno parece decidido a enfriar la burbuja inmobiliaria -el presidente chino, Xi Jinping, ha insistido en numerosas ocasiones en que las viviendas «son para vivir en ellas, no para especular»-, no quiere pincharla de forma abrupta porque muchas familias chinas han confiado en este sector para invertir sus ahorros, ya sea por restricciones o por falta de confianza en otros canales.

En 2018, el gigante inmobiliario Country Garden se enfrentó a protestas en varias ciudades -entre ellas, Shanghái- tras anunciar descuentos de hasta un 30 %, enfureciendo a los compradores que habían pagado el precio completo.

La posición de muchas promotoras se vio comprometida desde finales de 2020 tras una campaña del Ejecutivo contra las agresivas políticas de apalancamiento (financiar el crecimiento vía deuda) en las que se habían apoyado muchas inmobiliarias durante años, limitando el acceso a la financiación a las compañías más endeudadas.

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