La calor provoca un empeoramiento de la función renal de pacientes con insuficiencia cardiaca
Las temperaturas más altas provocan cierto grado de deshidratación y empeoran el funcionamiento de los riñones
Un estudio elaborado por el Hospital Universitario Germans Trias i Pujol de Badalona aporta datos que relacionan el calentamiento global con un empeoramiento de la función renal de pacientes con insuficiencia cardiaca. En base al seguimiento de más de 2.000 pacientes con insuficiencia cardiaca, el estudio concluye que el aumento de la temperatura en verano representa un estrés adicional para los riñones y acelera, al menos temporalmente, el declive fisiológico de la función renal, un hecho que puede asociarse a más hospitalizaciones y más progresión de la enfermedad. También sugiere que las variaciones estacionales de la función renal serán cada vez más relevantes a medida que los efectos del cambio climático sean más evidentes.
El informe, publicado en la revista International Journal of Cardiology, lo ha elaborado la Unidad de Insuficiencia Cardiaca del Servicio de Cardiología del hospital a partir del seguimiento de 2.167 pacientes desde el 2001 y hasta el año pasado. Durante este tiempo se ha registrado el valor promedio de creatinina en los meses de verano y en el resto del año, y la tasa de filtración glomerular estimada (TFGe), dos indicadores que sirven para evaluar la función renal.
Paralelamente, se obtuvieron a través del Servei Meteorològic de Catalunya las temperaturas medias y máximas mensuales registradas en Badalona entre los años 2002 y 2003 y desde el 2006 hasta el diciembre pasado.
Para todos los pacientes se garantizó un protocolo de seguimiento estructurado que acabó registrando más de 25.000 visitas, durante las cuales siempre se evaluaba la función renal. De todo, al evaluar los niveles de los indicadores durante el verano y el resto del año, se observó que tanto la creatinina como la tasa de filtración glomerular empeoraban entre junio y septiembre con respecto a los otros meses.
A lo largo de estos 20 años se apreció un incremento progresivo (a pesar de que no totalmente lineal) de las temperaturas en verano y durante el resto del año, pero lo más destacable es que la función renal empeoraba más cuando mayor era la diferencia de temperaturas entre estos periodos, una tendencia que está aumentando progresivamente con veranos extremamente calurosos como el de este año.
Para Josep Luzón, jefe del servicio de Cardiología y de la Unidad de Insuficiencia cardiaca del Germans Trias, los datos recopilados sugieren que el incremento progresivo de la temperatura puede impactar perjudicialmente en los mecanismos que tiene el cuerpo para encontrar un equilibrio en pacientes con insuficiencia cardiaca, incluso cuando se les sigue constantemente y se les trata de acuerdo con las recomendaciones actuales.