Diari Més

Identifican una nueva diana terapéutica contra el cáncer de pulmón más frecuente

El estudio de la UB y el Clínic determina el papel de una proteína en la progresión tumoral y abre la puerta a diseñar nuevos tratamientos

Radiografia dels pulmons.

Un 36% de las muertes por cáncer de pulmón son por la contaminaciónPixabay

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Un estudio de la Universitat de Barcelona y el Hospital Clínic ha identificado una nueva diana terapéutica contra el cáncer de pulmón más frecuente. La investigación determina que la proteína TIMP-1 está implicada en la progresión del adenocarcinoma de pulmón. Se trata de un biomarcador que ya estaba asociado a un mal pronóstico en varios tipos de cáncer, pero no se conocía la función en el proceso tumoral. El estudio ha sido liderado por el profesor de la Facultad de Medicina de la UB e investigador del Instituto de Bioingeniería de Cataluña (IBEC) Jordi Alcaraz. Los resultados, publicados en la revista Matrix Biology, abren la puerta al diseño de nuevos tratamientos contra la enfermedad.

Paula Duch, investigadora de la UB y primera autora del artículo, destaca que el trabajo es relevante porque identifica una diana terapéutica para aquellos pacientes con cáncer de pulmón de célula no pequeña del subtipo adenocarcinoma, que es el tipo de cáncer de pulmón más frecuente. También señala que en las últimas décadas la investigación en cáncer se ha dirigido a tener tratamientos cada vez más específicos para cada tipo de tumor y paciente, hecho que ha permitido mejorar el pronóstico.

En el trabajo, también han participado investigadores del Hospital Clínic; el Instituto de Investigaciones Biomédicas Augusto Pino y Sunyer (IDIBAPS); el Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Respiratorias (CIBERES); el Instituto de Investigación Sanitaria San Carlos (IdISSC) y la Clínica Mayo, de los Estados Unidos. El trabajo ha recibido financiación de la Agencia Española de Investigación y de la Fundación Privada Cellex.

Una colección única en el Estado de fibroblastos

El TIMP-1 es una proteína secretada de manera anómala por los fibroblastos, un tipo de células no malignas que acompañan las células cancerosas y que son el principal componente de lo que se denomina microambiente tumoral.

Para entender la función del TIMP-1 en este proceso, los investigadores han utilizado una colección única en el estado español como fibroblastos derivados de pacientes con cáncer de pulmón del Hospital Clínic. En concreto, hicieron ensayos con cultivos celulares in vitro y con ratones (in vivo) centrados en el cáncer de pulmón de células no pequeñas, que representa hasta el 85% de los cánceres de pulmón y que se subdivide en dos subtipos: el adenocarcinoma y el carcinoma de células escamosas.

Interacción protumoral con el receptor CD63

Los resultados demostraron, en primer lugar, que los niveles elevados de TIMP-1 en cáncer de pulmón se deben al hecho de que los fibroblastos secretan «niveles patológicos» de esta proteína. También detectaron que el TIMP-1 proveniente de los fibroblastos causa un aumento de la proliferación e invasión tumoral cuando interactúa con el receptor CD63 de las células cancerosas.

Alcaraz, que también es investigador del CIBERES, indica que, finalmente, comprobaron que este eje protumoral formado por la interacción entre el TIMP-1 y el CD63 «se da sólo en el subtipo de adenocarcinoma y no en el carcinoma de células escamosas».

Nueva estrategia terapéutica

Estos resultados pueden facilitar el desarrollo de nuevas terapias dirigidas contra esta interacción patológica. «Saber que los pacientes con adenocarcinoma tienen unos fibroblastos hiperactivos que secretan el TIMP-1 de manera excesiva nos permite plantear el uso de terapias que impidan la secreción», explica Duch.

El estudio también abre una vía para «atacar» este eje protumoral mediante fármacos antifibróticos, desarrollados para inhibir las funciones patológicas de estas células. «La idea sería investigar, por una parte, si los fármacos antifibróticos son capaces de inhibir la secreción anómala del TIMP-1 y, de la otra, si esta inhibición reduce la progresión de los tumores de adenocarcinoma», apunta la investigadora.

«A largo plazo, si esta aproximación funcionara, se podría plantear el uso de estos fármacos antifibróticos combinado con terapias anticancerígenas, como la inmunoterapia, que atacaran otros aspectos del tumor», añade.

Implicaciones en otros tipos de cáncer

Estos resultados podrían trasladarse a otros cánceres, ya que la proteína TIMP-1 también está extensamente descrita como biomarcador de mala prognosis en muchos tipos de tumores sólidos. «En otros tumores altamente fibróticos con niveles elevados de TIMP-1 y de su receptor, el CD63, es probable que este eje también tenga un papel protumoral importante», concluye Duch.

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