Descubren que los espermatozoides trabajan en equipo para llegar más rápido al óvulo
A la fecundación se premia la cooperación a la competición
En una de sus más divertidas películas, Todo lo que siempre quiso saber sobre el sexo y nunca se atrevió a preguntar, Woody Allen es un espermatozoide. Le vemos charlando con otros como él y compartiendo sus miedos por tratarse de su «primera» eyaculación. El chiste visual de Allen insistía en esa idea común de que cada espermatozoide se busca la vida en su (teórico) intento por llegar al óvulo.
Pero resulta que no, que no se trata de una carrera entre espermatozoides que compiten por ser el más rápido y hábil en llegar a un óvulo. La naturaleza, vemos otra vez, prefiere la cooperación a la competición. Investigadores acaban de descubrir que los espermatozoides forman equipos para llegar más rápido al objetivo.
En un articulo publicado esta semana en Frontiers in Cell and Developmental Biology, se muestra que los espermatozoides se unen para navegar por el espeso flujo vaginal. No ocurre siempre, pero sí a menudo. Los autores lo han visto en una amplia gama de especies de mamíferos.
«La imagen rompe con la idea que representa a los espermatozoides como individuos que compiten entre ellos por fertilizar el óvulo», explica en su cuenta de Twitter el divulgador científico Alex Richter-Boix.
Espermatozoides agrupados nadan mejor
El equipo de científicos, liderados por Chih-Kuan Tung, físico de la Universidad Estatal Técnica y Agrícola de Carolina del Norte, ha llevado a cabo una serie de experimentos con esperma y un dispositivo que simula el fluido del tracto reproductivo femenino. Eligieron el esperma bovino por su parecido al humano.
Han encontrado que los espermatozoides que viajan en grupo tienen más ventajas que los solitarios, sin importar la fuerza de la corriente de fluido a la que se enfrenten. «Vimos que los espermatozoides agrupados nadaban más orientados entre sí en ausencia de flujo, podían nadar río arriba bajo flujos intermedios y resistían mejor un flujo fuerte que los espermatozoides individuales», señalan los investigadores.
Según Richter-Boix, «la imagen de los espermatozoides actuando de manera individual se basa en vistas planas en portaobjetos de microscopios o en otros entornos de laboratorio que no reflejan las condiciones naturales en las que se mueven». La verdad se muestra al verlos trabajando en una maqueta tridimensional.
«Puede parecerse a la formación de un pelotón en bicicleta, aunque la mecánica de fluidos para los espermatozoides es drásticamente diferente a la de los ciclistas. Sin duda nos gustaría saber más sobre esto», explica Tung.
Saber que los espermatozoides trabajan en equipo puede tener grandes implicaciones de futuro. Los autores del estudio se refieren, entre otras, a los tratamientos de infertilidad. Pero para eso, reconocen, necesitan comprender mejor la física de cómo los espermatozoides navegan por el flujo vaginal.
«A más largo plazo, nuestra comprensión puede proporcionar una mejor selección de esperma utilizado para intervenciones como la fertilización in vitro u otras tecnologías de reproducción asistida», asegura principal autor del estudio.