Un poco de estrés podría proteger nuestro cuerpo, según un estudio
Parece poner en marcha mecanismos inmunes que protegen de la inflamación
El estrés se relaciona normalmente con todo tipo de problemas para nuestra salud: trastornos psiquiátricos, problemas del sueño, enfermedades cardiovasculares, obesidad... Esto no significa que no se reconozca sufunción adaptativa. En los momentos y en las cantidades adecuadas, es un mecanismo que nos permite evitar consecuencias indeseables. Por ejemplo, cuando está motivado por un plazo de entrega en el trabajo.
Otra cosa muy diferente es la noción de que un cierto nivel de estrés, aunque sea uno bajo, tenga un efecto protector sobre nuestro organismo. Esto es exactamente lo que sugiere un nuevo estudio publicado en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences, que concluye que el sistema inmune podría verse beneficiado por un nivel bajo de estrés crónico.
La idea resulta sorprendente, si tenemos en cuenta que, como apuntan los mismos autores, se trata de uno de los muy escasos trabajos que proponen queel estrés crónico puede tener un efecto beneficiosoen lugar de únicamente consecuencias negativas.
De hecho, los investigadores partían de la noción de que el estrés empeora lossíntomas de las enfermedades inflamatorias del intestino. Se da la circunstancia de que hay un tipo concreto de estructuras inmunes, los órganos linfoides terciarios (TLO), que se forman en respuesta a la información crónica o a las lesiones y que se relacionan con un aumento en la severidad de la inflamación.
Podría estimular el sistema inmune
Con el fin de entender de qué manera el estrés crónico afectaba a laformación de TLOs, tomaron modelos de ratón con ileítis (inflamación en parte del intestino delgado) similar a la que se produce en la enfermedad de Crohn y los sometieron a 56 días de exposición a estresores. Acto seguido, observaron parámetros como la inflamación de su intestino o la presencia de TLOs.
De esta manera, comprobaron que mientras que la aparición de TLOs se había incrementado de manera muy significativa la inflamación intestinalno había aumentado.Su microbioma intestinal, igualmente, no había sufrido cambios en su composición.
En su lugar, lo que había aumentado era la producción de citoquinas IL-23 e IL-22, un tipo demoléculas inmunesnecesarias para la formación de TLOs e implicadas en otros procesos como la regeneración tisular (sanación de tejidos). Estas citoquinas pueden suscitar respuestas tanto inflamatorias como antiinflamatorias.