Tecnología
Un laboratorio de innovación digital diseña un robot para ayudar a comer a personas mayores
Diez instituciones impulsan un living lab para detectar necesidades en la vejez y crear soluciones con los usuarios finales
Un robot para ayudar a comer personas mayores que no lo puedan hacer solas es el primer proyecto de un laboratorio de innovación digital sobre envejecimiento. Es el Barcelona Aging coLLaboratory (BALL), impulsado por diez instituciones, entre las que se encuentran centros Sanitaris, de investigación, universidades y entidades sociales.
En la presentación este miércoles, el director de Atención Integrada del Parc Sanitari Pere Virgili, Marco Inzitari, ha afirmado que la razón de ser del living lab es «detectar necesidades, cocrear y testear en entornos reales». Sus responsables han hecho una demostración del prototipo del robot, que ahora se desarrollará con la participación de los usuarios finales. La idea es sacar tareas mecánicas, pero no sustituir a los cuidadores, han remarcado.
Ante los retos y necesidades que plantean estos cambios demográficos, este laboratorio quiere desarrollar soluciones innovadoras para mejorar la calidad de vida y la atención sanitaria y social de las personas mayores. Y lo quieren hacer con la participación de los que serán los usuarios de sus proyectos.
En la presentación en el Parc Sanitari Pere Virgili, los responsables del living lab han insistido en este sentido en que no quieren presentar proyectos con «ideas brillantes» que después no utilizan porque no se adaptan a las necesidades reales.
Detrás del Barcelona Aging coLLaboratory, está el Parc Sanitari Pere Virgili; el Vall de Hebrón Instituto de Investigación (VHIR); el Instituto de Robótica e Informática Industrial (CSIC-UPC); la Universidad Abierta de Cataluña (UOC); la Universidad Ramon Llull, con la Facultad de Ciencias de la Salud Blanquerna y el Instituto Borja de Bioética; la Federación de Asociaciones de Personas Mayores de Cataluña (Fatec); la Fundación iSocial y tres empresas privadas (Grup Efebé, Qida y UniversalDoctor).
Su primer proyecto es un robot para ayudar a comer personas mayores dependientes, una idea gestada en tesis doctorales que ahora el living lab desarrollará y perfeccionará. Se trata de un brazo robotizado que sujeta la cuchara y lo acerca a la boca de la persona para reducir las tareas más mecánicas de los cuidadores. Un software reconoce la cara del usuario para adaptar los movimientos.
Hoy por hoy hay el prototipo. Además de integrar las aportaciones de eventuales usuarios, el robot también tiene que conseguir financiación y recibir las validaciones del comité de ética, entre los otros pasos de un proyecto de este tipo, antes de ser una realidad.
El director del Instituto de Robótica Industrial (IRI UPC-CSIC), Guillem Alenyà, ha explicado que ofrecer el robot alos hospitales es una de las primeras opciones del proyecto pero que también quieren validarlo en las casas. «Imaginamos que vamos a comer y lo podemos hacer todos juntos, porque hay un robot que hace la función física de acercar la comida a la boca. Sería una herramienta útil», ha apuntadoeste investigador.
Los impulsores del proyecto han insistido en que quieren facilitar la tarea de los cuidadores, pero no sustituirlos por robots. En este sentido, Alenyà ha observado que el robot mecaniza la tarea de dar la comida, pero que alguien tiene que prepararlo, llevarlo a la mesa, recoger los platos y lavarlos, entre otras tareas.
Robots para ayudar en las curas
«Al principio, un robot te echa atrás, porque lo que quieres es un trato más humano y directo. Pero entonces lo analizas y piensas que lo que quieres es que te respondan a las necesidades», ha sopesado el presidente de la Federación de Asociaciones de las Personas Mayores de Cataluña (Fatec), Josep Carné, que dudan de que los estados estén preparados para responder a estas necesidades.
El uso de la robótica en el ámbito de las curas puede despertar, en efecto, recelos y reticencias y puede ser una cuestión muy candente en los próximos años. «El problema de la tecnología no es si la queremos hacer o no, porque nos la harán igualmente. Lo que tenemos que hacer es ser abanderados para desarrollarla de la manera que creemos que tiene que ser», ha reflexionado Alenyà preguntado por esta cuestión.
Una paciente: «La lavadora no me ha sustituido, ni la aspiradora. Son máquinas que nos ayudan»
Algunos pacientes del Parc Sanitari Pere Virgilihan visto con entusiasmo el robot. No lo han probado, pero les ha gustado la idea cuando se la han explicado o han visto el prototipo. «Me parece una maravilla como ha avanzado la tecnología», ha opinado Nélida.
«La lavadora no me ha sustituido, ni la aspiradora. Son máquinas que nos ayudan. Un robot es un robot, no es una persona», ha recalcado Asunción. «Puede ir muy bien para ayudarnos y no se quejará. Entiendo que una vez funcione lo hará al 100%», ha añadido su marido, Ricardo.