Sociedad
Los SIE doblan las atenciones a mujeres víctimas de violencia machista en el primer semestre del 2022 con 8.367 atendidas
Una usuaria lamenta la «normalización» de ciertos casos: «No es necesario que te pongan una mano encima para sufrirla»
Los Servicios de Intervención Especializada (SIE) de Cataluña han atendido a 8.367 víctimas de violencia machista los seis primeros meses del 2022, casi el doble de las mujeres que se atendieron en el mismo periodo del año pasado. Según datos de la Dirección General para la Erradicación de las Violencias Machistas, del total de mujeres intervenidas este año, 395 eran adolescentes. Los equipamientos asistieron a 1.513 hijos.
«No es necesario que te pongan una mano encima para sufrir violencia machista», constata una víctima, que lamenta la «normalización» de ciertos casos. Por su parte, la consejera de Igualdad y Feminismos, Tània Verge, ha pedido más formación en perspectiva de género en el ámbito judicial.
El próximo viernes 25 de noviembre es el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. El número de mujeres atendidas en los SIE ha ido aumentando de forma progresiva durante los últimos años. De hecho, en el 2021 ya se incrementó en un 31% la cifra de víctimas atendidas con respecto al 2020, y en un 14,5% en el caso de los hijos.
En este sentido, si en el 2008 se registraban poco más de 400 mujeres en un año y unos 200 hijos, a partir del 2013 ya superaban a los dos millares de usuarias con más de 800 hijos. Ocho años después, la cifra se multiplicó por tres, con 9.020 mujeres atendidas en el 2021. En el primer semestre del 2022 ya se han atendido más de 8.000 casos. Un crecimiento que el departamento asocia directamente al aumento del número de centros, así como a una mayor conciencia social, fruto de un trabajo feminista.
El servicio consta actualmente de un total de 17 centros que tiene previsto incrementar hasta un mínimo de 22 de cara al próximo año 2023. Se trata de una serie de equipamiento de la red pública que atienden a todas las mujeres que hayan sufrido o estén sufriendo una situación de violencia machista. Además, actualmente también pueden atender a todos los jóvenes que estén viviendo violencia en sus relaciones, así como los hijos de las mujeres, una parte muy delicada de la intervención principal para «poner nombre a lo que están viviendo».
«La invisibilización es un factor común en todas las situaciones porque pedir ayuda supone identificarse como víctima y es un proceso difícil», señala Oyarbide. Es el caso de Antònia (nombre ficticio), una usuaria de su equipamiento que hizo contacto por primera vez en agosto del 2021 por indicativo de la suya referente de Servicios Sociales. Admite que fue una decisión «complicada» por el desconocimiento de la propia situación. «Una vez llegas, sin embargo, tienes un apoyo y acompañamiento, tanto jurídico como emocional,» valora.
Su caso se remonta al 2018, cuando a raíz de un intento de suicidio tomó conciencia «de todo aquello que estaba viviendo». «Se normaliza, y no tendría que ser así», lamenta. «Escandaliza mucho cuando una mujer va por la calle y sufre una agresión, ¿pero cuántas mujeres hay que lo sufren diariamente?», se pregunta. También añade que «no es necesario que te pongan una mano encima para sufrirlo» y que, a menudo, por ejemplo, se traduce en violencia psicológica.