Ciencia
Las emisiones de dióxido de carbono están encogiendo la atmósfera
Un estudio señala que el cambio generado por la contaminación humana podría ser permanente
La hipótesis de que la capa más externa y menos densa de la Tierra, la atmósfera, estuviera siendo afectada por las emisiones de dióxido de carbono era una posibilidad que ya sostenían muchos expertos. Ahora, un estudio publicado en JGR Atmospheres confirma esta idea: entre 2002 y 2021 el CO2 emitido por los seres humanos ha reducido el grosor de la atmósfera en 342 metros.
Para el estudio, los investigadores se han centrado en la región de la atmósfera terrestre que engloba la mesosfera y termosfera inferior (MLT) y han utilizado datos obtenidos por el instrumento SABER del satélite TIMED de la NASA durante 20 años. El informe demuestra así los efectos combinados del aumento del CO2 y la disminución de la actividad solar sobre la temperatura y el espesor de la ML entre 2002 y 2021.
El objetivo era analizar en qué medida el clima solar podía afectar al grosor de la atmósfera, pero, durante el proceso, han observado que los efectos del dióxido repercuten en altitudes altas. En total se ha registrado una variación de 1.333 metros, de los cuales 342 metros se atribuyen a las emisiones de dióxido de carbono y a la contaminación del ser humano.
Según el informe, el CO2 ha ido aumentando en la atmósfera terrestre debido a la combustión de hidrocarburos desde el comienzo de la era industrial. Esto ha provocado que la MLT se haya enfriado y contraído de forma significativa, sobre todo entre los años 2002 y 2019.
Los científicos apuntan, además, que parte de esta contracción se podría recuperar con el tiempo. Sin embargo, sugieren que el resultado generado por el CO2 es, probablemente, permanente, lo que podría repercutir de diversas maneras.
Como consecuencia, podría producirse un incremento en la longevidad de los desechos espaciales, como satélites obsoletos y otros elementos de la órbita terrestre, lo que implicaría que podrían permanecer en su lugar durante más tiempo.
A su vez, la acumulación de basura espacial causaría problemas y riesgos para los satélites más nuevos que orbitan alrededor de la Tierra y para la Estación Espacial Internacional, así como a las observaciones espaciales en general.