Desarrollan un test para detectar en la sangre la neurodegeneración del alzhéimer
Este proceso diferencia la enfermedad de otros tipos de demencia
El alzhéimer es la forma más común de demencia y se espera que para el año 2030 ya afecte a 50 millones de personas en todo el mundo. Se trata, no obstante, de un problema que puede ser difícil de detectar en sus primera etapas, que es precisamente cuando más se puede hacer para retrasar su progresión, por lo que la búsqueda de métodos eficaces de detección es una prioridad en el campo de la investigación biomédica.
Con este objetivo, un grupo de científicos dirigidos por un investigador de la Escuela de Medicina de la Universidad de Pittsburgh (Estados Unidos) ha desarrollado un test que permite detectar en la sangre un nuevo marcador de la neurodegeneración provocada por el alzhéimer.
Tal y como publica el medio científico Brain, el biomarcador en cuestión se ha dado a denominar 'tau derivado del cerebro', o BD-tau, y ofrece mejores resultados que los test diagnósticos de sangre empleados clínicamente para detectar la neurodegeneración del alzhéimer. Su eficacia, de hecho, es equiparable a los test que emplean muestras de fluido cerebroespinal, mucho más complicadas de obtener.
El test pretende mejorar los procedimientos actuales, que requieren del uso de técnicas de neuroimagen: unos procedimientos costosos a los que muchos pacientes no tienen acceso en los Estados Unidos.
Ya se conocían métodos para detectar el número total de proteínas tau (un tipo de proteína que adquiere un daño característico en ciertas enfermedades neurodegenerativas) en la sangre, pero esta técnica daba problemas a la hora de distinguir entre distintas patologías como el párkinson, el alzhéimer y otras demencias.
Por eso, una de las grandes ventajas de este test es que es capaz de detectar específicamente las proteínas tau que proceden del cerebro, obviando las que se producen en otras partes del organismo.
Para lograr tal cosa, estos autores desarrollaron un anticuerpo especial que se une selectivamente a la BD-tau. Este sistema se validó en más de 600 muestras obtenidas de pacientes de cinco cohortes diferentes, incluyendo algunos cuyo diagnóstico de alzhéimer había sido confirmado tras su muerte y otros en los que simplemente había síntomas indicativos del alzhéimer.
Los test mostraron que los niveles de BD-tau detectables en la sangre de los pacientes empleando este método correspondían con los niveles de tau en el fluido cerebroespinal, y que distinguían con éxito el alzhéimer de otras enfermedades neurodegenerativas.
No solo eso, sino que los niveles de BD-tau también se correlacionaban con la severidad de las placas de amiloide y de ovillos de tau (el daño característico que sufre la proteína) observados en las autopsias de los pacientes.
El equipo de investigadores planea ahora llevar a cabo validaciones clínicas a gran escala de la BD-tau en sangre en muchos grupos de investigación, incluyendo algunos que recluten pacientes de diversos grupos raciales y étnicos. Para que este método sea generalizable, será necesario incluir también a adultos mayores sin evidencias biológicas de la enfermedad de alzhéimer. De esta manera, el test podrá convertirse en una realidad clínica.