Sociedad
Miles de fieles se despiden de Benedicto XVI desde la plaza de San Pedro del Vaticano
El papa Francisco preside el funeral solemne e inédito de su antecesor y que ha reunido numerosas autoridades
La plaza de San Pedro del Vaticano ha dado el último adiós a Benedicto XVI. Miles de fieles -cerca de 60.000 según el aforo en la plaza- se han congregado este jueves por la mañana delante de la Basílica de San Pedro para seguir la misa presidida por el papa Francisco y concelebrada por más de 120 cardenales, 400 obispos y 4.000 sacerdotes. Benedicto XVI, nacido Joseph Ratzinger, renunció al pontificado en 2013, un hecho inédito en los últimos seis siglos, y el Vaticano ha hecho algunas adaptaciones a un funeral papal pero no de estado. Las exequias han reunido numerosas autoridades que han asistido a título particular, ya que las delegaciones oficiales eran dos, la italiana y la del país donde nació, Alemania, y también se han reunido autoridades de otras confesiones.
Los cantos de los millares de fieles han mecido el adiós a Benedicto XVI en una plaza de San Pedro primero empañada por la niebla y que después se ha ido envolviendo de la solemnidad de las exequias al papa emérito. También ha acompañado el homenaje la música tocada por el sabadellense Josep Solé, organista titular de la basílica, y los coros de la Capilla Sixtina.
El féretro de ciprés donde descansa el papa ha estado expuesto durante las exequias en el centro de la plaza, donde había llegado poco antes de las 9 para el ruego del Rosario, para dar paso a una misa que ha durado poco más de una hora. La ha presidido su sucesor, el papa Francisco, que ha llegado a la plaza de San Pedro en silla de ruedas por las dolències en la rodilla.
La homilía del papa reinante ha estado muy bíblica y ha acabado con una referencia directa al difunto: «Benedicto XVI, fiel amigo del Esposo, que tu disfrute sea perfecto al sentir definitivamente y para siempre su voz». Después, ha seguido el minuto de silencio.
Dos delegaciones oficiales y numerosas autoridades
En las delegaciones oficiales, habían confirmado la asistencia el presidente de Italia, Sergio Mattarella, y la primera ministra, Giorgia Meloni; el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, y el canciller Olaf Scholz. También han asistido presidentes y monarcas de todo el mundo, pero a título individual, al no tratarse de un funeral de estado.
Por parte del estado español, se ha desplazado al Vaticano la reina emérita, Sofía; el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, y el presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE) y cardenal y arzobispo de Barcelona, Joan Josep Omella. Además, han participado en el último adiós al papa emérito numerosos representantes ecuménicos de iglesias ortodoxas de Europa, América y Asia.
Unas exequias papales con algunas adaptaciones
Después de tres días con la capilla ardiente abierta, que han visitado cerca de 200.000 fieles, se colocaron en un cilindro metálico, siguiendo la tradición, las medallas y monedas acuñadas durante el pontificado, el palio como arzobispo metropolitano de Munich y de Roma y el rogito, el texto que describe brevemente su vida y obra.
Las exequias han seguido el modelo de las ceremonias funerales de un papa reinante, pero con algunas adaptaciones, según había avanzado el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, en un encuentro con periodistas esta semana. Así, no se han hecho las súplicas finales de la diócesis de Roma y de las Iglesias orientales, propias de un papa reinante.
Las oraciones han sido en varias lenguas, alemán, francés, árabe, portugués e italiano. En la plegaria de las ofrendas, el encargado de rezar ha sido el cardenal Giovanni Battista Re y, en la plegaria después de la comunión, el papa Francisco, en nombre de toda la Iglesia y de los fieles presentes.
Al final de la celebración eucarística, Francesc ha presidido el rito de la Ultima Commendatio (la última recomendación) y la Valedictio (el despido). El papa ha encomendado Benedicto XVI a Dios y se ha inclinado al féretro para despedirse por última vez en público. Los restos de Benedicto XVI se han trasladado a la Basílica de San Pedro cuando todavía no eran las 11 y, después, se llevarán a las Grutas Vaticanas, donde será enterrado.
Durante un rito, de manera privada, se espera que se coloque una cinta en torno al féretro, con sellos del Capitolio de San Pedro, de la Casa Pontificia y de la Oficina de las Celebraciones Litúrgicas. A continuación, el féretro de ciprés se colocará dentro de un ataúd mayor que se soldará y sellará. Este féretro se colocará a su vez en una caja de madera, que se colocará en el lugar que antes ocupaba, hasta la beatificación, el de San Juan Pablo II.
El primer papa que renunció al cargo en 600 años
El papa emérito murió el sábado pasado a los 95 años. Sucesor de Juan Pablo II con 78 años, fue papa entre el 19 de abril del 2005 y el 28 de febrero del 2013. La renuncia al pontificado por motivos de salud sorprendió a los católicos de todo el mundo, incluso al Vaticano, y marcó un punto de inflexión al expresar que no se sentía con fuerzas para continuar. Era el quinto papa que dejaba el cargo en el último milenio, después de que Gregorio XII lo hiciera en 1415 para intentar poner fin a una guerra interna en el seno de la Iglesia.
Benedicto XVI tuvo un papado marcado por un catolicismo conservador y por polémicas diversas como los abusos sexuales en la Iglesia, que no quiso llevar a la Corte Penal Internacional. En Cataluña será recordado porque fue el papa que convirtió a la Sagrada Familia en basílica. Del papa emérito, se han destacado sobre todo las aportaciones intelectuales y teológicas.