Cándido Conde-Pumpido, nuevo presidente del Tribunal Constitucional

El pleno del Tribunal Constitucional (TC) ha elegido este miércoles por seis votos contra cinco al exfiscal general del Estado Cándido Conde-Pumpido (A Coruña, 1949) como nuevo presidente del tribunal. Conde-Pumpido se ha impuesto a la candidatura de la también progresista Maria Luisa Balaguer, que ha contado con el apoyo de los cuatro magistrados del sector conservador. Pumpido preside de esta manera un TC renovado con mayoría progresista (siete magistrados contra cuatro) que tiene sobre la mesa la revisión de los recursos del PP contra leyes emblemáticas como la de la eutanasia y el aborto, y que también tendrá que resolver cuestiones como la derogación de la sedición y la reforma de la malversación.

El pleno del TC también ha designado por seis votos la progresista Inmaculada Montalbán como vicepresidenta.

Conde-Pumpido es considerado como próximo al gobierno español y su designación neutraliza las pretensiones del sector conservador de la judicatura, que consiguió que el CGPJ nombrara como magistrada del TC a la progresista Maria Luisa Segoviano en vez del también progresista José Manuel Bandrés, partidario de Conde Pumpido, para intentar decantar la votación de la presidencia del TC a favor de Maria Luisa Balaguer.

El sector progresista se reunió este martes para intentar clarificar su postura y llegar al pleno de este miércoles con un único candidato. No fue posible, y finalmente Conde-Pumpido y Balaguer se han enfrentado en una votación donde ha salido vencedor por seis votos a cinco el exfiscal general. Ha sido decisivo el voto de Maria Luisa Segoviano, que ha optado por el candidato de más edad y el que tenía más apoyos dentro del sector progresista.

Balaguer se ha quedado sólo con cinco votos, que son el suyo y el de los cuatro magistrados conservadores que conforman ahora la minoría. El Tribunal está formado por once miembros porque el Senado todavía no ha relevado a Alfredo Montoya, que se retiró en julio por problemas de salud.

En las reuniones internas del sector progresista, Balaguer apostaba por un TC más abierto y transparente con presencia constante de los medios de comunicación en las instalaciones del tribunal y con una profundización de la perspectiva de género en las sentencias del tribunal. Conde-Pumpido, por su parte, ha defendido la necesidad de resolver procesos que esperan sentencia desde hace demasiados años, como la ley del aborto.

Conde-Pumpido fue magistrado del Tribunal Supremo desde 1995 hasta el 2004, cuando el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero lo nombró fiscal general del Estado, cargo que ocupó hasta el 2011. Posterior volvió al Tribunal Supremo hasta el 2017, en el que fue nombrado magistrado del TC a propuesta del Senado. A lo largo de su trayectoria ha sido portavoz de la asociación Jutges per la Democràcia, entidad de la qué es fundador.

Como magistrado del TC ha sido coordinador de las sentencias dictadas en los recursos de amparo de los líderes independentistas contra las actuaciones y condenas impuestas por el Tribunal Supremo hasta que fue recusado por la defensa del expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont, que adujo pérdida de imparcialidad. A partir de este momento se abstuvo voluntariamente de las causas relacionadas con el proceso.