Un estudio concluye que la balneoterapia reduce el dolor y la fatiga en enfermos con covid persistente
La mejora física se traduce en un mejor estado de ánimo y más calidad de vida
Un estudio concluye que la balneoterapia reduce el dolor y la fatiga en enfermos con covid persistente
La balneoterapia reduce el dolor y la fatiga y mejora el estado de ánimo y la calidad del sueño de los enfermos con covid persistente. Esta es la conclusión del estudio realizado por el Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) para evaluar los beneficios de estos tratamientos sobre las secuelas del covid.
Por el contrario, las 12 sesiones en las que se han sometido los participantes, la mayoría mujeres, no han mejorado otros efectos asociados a la enfermedad, en este caso cognitivos, como la pérdida de memoria o los problemas de concentración. «Hemos constatado que los pacientes, la mayoría muy incapacitados al inicio del tratamiento, han visto mejorar su calidad de vida en general», destaca la impulsora del estudio, Natàlia Garcia.
La investigadora del IMIM e impulsora del estudio, Natàlia Garcia, explica que aunque inicialmente a muchos de los participantes «les costó mucho» seguir el tratamiento, «porque se les hacía una montaña incluso salir de casa», a las pocas sesiones ya notaron un clara mejora.
A la disminución del dolor y la fatiga, efectos más habituales delcovid persistente, muchos vieron mejorada su «vida social», porque al encontrarse mejor físicamente vieron con ánimos de hacer cosas que hasta entonces no podían hacer, como ir a trabajar o encontrarse con amigos y familia. Por el contrario, otros efectos de la enfermedad muy habituales, en este caso cognitivos, como la «niebla mental», la pérdida de memoria o los problemas de concentración, no han mejorado con el tratamiento.
Al mes de finalizar las sesiones de balneoterapia, muchos de los participantes notaron cómo los síntomas de la enfermedad volvían. Es por eso que Garcia sugiere que después del tratamiento intensivo se vayan haciendo sesiones de mantenimiento para «consolidar las mejoras».
La impulsora del estudio confía en que los buenos resultados obtenidos sirvan para generalizar este tipo de tratamiento en los enfermos de covid persistente y que la sanidad pública, en los casos que sea necesario, financie una parte.