Política
Los símbolos franquistas del espacio público se tendrán que retirar en un plazo de dos años
El Gobierno aprobará el próximo martes el texto de la ley de memoria democrática
La nueva ley de memoria democrática obligará a retirar los símbolos franquistas del espacio público en un plazo máximo de dos años. Este es uno de los principales aspectos del texto, al cual el Gobierno dará luz verde el próximo martes y después empezará los trámites parlamentarios para su aprobación definitiva.
En una rueda de prensa para explicar los principales contenidos de la ley, la consellera de Justícia, Gemma Ubasart, cree que con la nueva norma el juez «tendrá más fuerza» para autorizar la retirada del monumento franquista de Tortosa, ya que este caso está actualmente judicializado.
La ley también prevé sanciones contra actos de enaltecimiento del franquismo e introducir la memoria democrática en el currículum educativo desde la primaria.
La consellera Ubasart ha explicado que la ley incluye por primera vez de forma explícita en Cataluña la obligación de retirar los símbolos franquistas del espacio público en un plazo de dos años y prevé sanciones para los que no la cumplan. La idea es actualizar el censo de símbolos franquistas para determinar cuántos todavía se tienen que retirar en Cataluña.
«Es intolerable en una democracia avanzada que se mantenga en el espacio público monumentos de una dictadura», ha advertido Ubasart en una rueda de prensa para presentar los principales contenidos del anteproyecto de ley.
La nueva norma prohibirá realizar actos y homenajes de enaltecimiento del franquismo y conceder ayudas para realizar proyectos que sean contrarios a la memoria democrática y también prevé sanciones para los que exalten el régimen dictatorial.
«Sancionaremos administrativamente cuando el enaltecimiento de la dictadura franquista implique un desprecio a las víctimas. Siempre y cuando no sea un delito de ocio, es decir, cuando hay una manifestación que incita a la violencia contra un determinado colectivo protegido, porque aquí tendría que intervenir la Fiscalía», ha precisado el director general de Memòria Democràtica, Alfons Aragoneses.
También, el texto reconoce el derecho a la justicia de las víctimas, y por lo tanto, faculta a la Generalitat a ejercer la acción popular en los procedimientos penales por delitos de lesa humanidad, delitos contra la vida y delitos contra la integridad física o moral de hechos cometidos durante la Guerra Civil o la dictadura franquista.
Memoria democrática en las escuelas
Otro de los principales aspectos de la ley es la incorporación de la memoria democrática en los currículums educativos desde primaria. Ubasart ha remarcado que la ley tiene que permitir avanzar hacia un «nuevo paradigma» de las políticas de memoria en un momento de «cambio generacional» y ha hecho notar que muchas personas no han vivido la Guerra Civil, el franquismo ni las primeras décadas de la democracia.
«De aquí que demos mucha importancia a la educación, a la transmisión de experiencias y el reconocimiento del pasado colectivo en el proceso de articulación de una cultura cívica y democrática», ha afirmado la consellera, que ha indicado que se ofrecerán herramientas pedagógicas y formación a los docentes y a otros profesionales de la administración pública.
Las víctimas como protagonistas de la lucha por los derechos y reconocimiento de colectivos reprimidos-
La ley establece una amplia definición de víctima, coincidente con la establecida por las Naciones Unidas (ONU) para asegurar la congruencia con el derecho internacional, y una nueva definición de persona desaparecida para incluir supuestos excluidos actualmente.
Ubasart ha señalado que el marco normativo tradicional considera las víctimas como personas objeto de represión y de otras violaciones de los derechos humanos que tienen derecho a ser reparadas, pero que ahora quieren ir más allá y mirarlas también como «héroes y heroínas» de la democracia; «protagonistas» de la lucha por los derechos y las libertades; «resistentes», «combatientes» y «supervivientes».
Además, la ley dispone que el Gobierno tiene que incluir la perspectiva de género a las políticas de memoria. El objetivo es reivindicar el papel de las mujeres como sujetos activos de la historia en clave republicana y antifranquista, más allá de su condición de víctimas, también, de la represión.
También, el texto explicita el reconocimiento como víctimas de diferentes colectivos que sufrieron de forma específica la represión del franquismo, como los niños separados de las familias por motivos ideológicos; las personas que sufrieron privación de libertad, escarnio, tortura o trabajos forzados por la oposición al régimen; las personas psiquiatritzades para alejarse del modelo de «normalidad» impuesto por el poder; el colectivo de lesbianas, gais, bisexuales y transexuales (LGTBI+); las minorías étnicas, como el pueblo romaní; aquellas afectadas por enfermedades evitables, como la polio, o por medicamentos no retirados, como la talidomina.
Por otra parte, aunque la ley habilita a hacer política pública de memoria en el periodo 1931-1980, también posibilita la divulgación y conmemoración de experiencias democratizadoras anteriores y posteriores a este marco. Se entiende que pueden alargarse las actuaciones de reconocimiento a movimientos y experiencias republicanas, luchas obreras y movimientos catalanistas, asociativos y otros.
Más transparencia por investigar y dignificación de fosas
La nueva ley de memoria democrática también reforzará el derecho de los ciudadanos a acceder a los documentos vinculados al estudio de la memoria democrática. La ley se configura como un marco habilitador para facilitar las actividades memorialistas y busca facilitar el acceso a archivos y otras fuentes de información y las tareas de investigación y divulgación.
En este sentido, se establece un régimen especial de acceso a expedientes de la represión franquista y se equipara a los estándares internacionales más exigentes en el ámbito de protección de datos.
También regula mejor el procedimiento para efectuar intervenciones en fosas . La ley establece que la Generalitat tiene que impulsar un protocolo para dignificar las fosas comunes en los cementerios municipales.
Abordaje del esclavismo y el colonialismo
La ley abre la puerta a hacer política pública de abordaje del esclavismo y el colonialismo pensando especialmente en la memoria de las diásporas y en los catalanes de origen foráneo, con la visión de erradicar el racismo institucional y la discriminación por motivos étnicos, raciales o culturales.
Actos conmemorativos el 14 de abril y el 7 de noviembre
La nueva ley permite incluir fechas señaladas de reconocimiento y homenaje en términos de memoria democrática. Además de mantener las actuales, como el Día Nacional en Memoria de las Víctimas de la Guerra Civil y de la Represión de la Dictadura Franquista (15 de octubre) o el Día Internacional de Conmemoración de las Víctimas del Holocausto (27 de enero), se añade la celebración del Día de la Proclamación de la República (14 de abril) y el día de Constitución de la Asamblea de Cataluña (7 de noviembre). En estas jornadas, se harán actos de memoria democrática.
Verdad, reparación, justicia y garantías de no repetición
El objetivo de la nueva ley ha sido adaptar la legislación vigente al momento actual, teniendo en cuenta los cambios generacionales, la globalización de la memoria, la emergencia de memorias decolonials y la evolución del derecho internacional y de las políticas de memoria de estados del entorno y de las instituciones europeas. La ley se sustenta sobre los principios de verdad, reparación, justicia y garantías de no repetición.
Hasta ahora Cataluña disponía de varias normativas en materia de memoria democrática, como la Ley del memorial democrático (2007), la Ley de fosas(2009) y la Ley de reparación jurídica de las víctimas del franquismo (2017). Con la nueva norma, se refundirán en un único texto estas leyes previas. Los trabajos de la nueva ley empezaron en el 2018 y en la redacción de la propuesta han participado entidades memorialistas y municipalistas.