El nitrato en el agua de consumo podría ser un factor de riesgo de cáncer de próstata a largo plazo
Por ahora no hay una causalidad entre el contaminante y la enfermedad y haría falta más investigación para confirmar si es así
El nitrato ingerido durante la vida adulta a través del agua del grifo y el agua embotellada podría ser un factor de riesgo de cáncer de próstata, sobre todo en el caso de tumores agresivos y en hombres más jóvenes. Así lo sugiere un estudio liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) publicado enEnvironmental Health Perspectives. La investigación ha analizado casi 700 casos de cáncer de próstata, ha contado con unos 900 hombres que hicieron de grupo control y ha hecho estimaciones del nitrato ingerido de media. Cuanto más alta fue la cifra de nitrato ingerido mayor fue la asociación con el cáncer de próstata. Sin embargo, las autoras del estudio matizan que se trata de una primera evidencia que tendrá que ser confirmada con nuevos estudios.
Es decir que todavía queda «mucho camino» antes de poder hablar de una relación de causalidad entre este tipo de cáncer y el nitrato, un contaminante que procede de los fertilizantes y excrementos de la agricultura y ganadería intensivas.
Concretamente, el estudio observa que aquellos participantes con ingestas más altas de nitrato a través del agua (más de 14 mg/d por término medio a lo largo de la vida) multiplicaban por 1,6 la probabilidad de sufrir un cáncer de próstata de bajo grado o medio, y multiplicaban casi por 3 la probabilidad de desarrollar un tumor de próstata agresivo, comparados con aquellos participantes que presentaban ingestas de nitrato más bajas (menos de 6 mg/día por término medio a lo largo de la vida).
Por eso, una de las medidas que proponen las autoras de la investigación para disminuir los niveles de nitratos es acabar «con el uso indiscriminado» de fertilizantes y pesticidas.
Revisión de los niveles máximos permitidos
Con estos resultados, explica a la investigadora de ISGlobal y primera autora del estudio, Carolina Donat-Vargas, no se puede concluir que haya una causalidad. «Exponerse a los nitratos a través del agua de consumo no implica que se tenga que desarrollar un cáncer de próstata», aclara. Ahora bien, sí que esperan que este estudio, junto con otros, pueda contribuir a la revisión de los niveles permitidos de nitrato en el agua «de manera que garanticen que no implican un riesgo para la salud humana».
Según ella, los riesgos asociados a la ingesta de nitrato a través del agua ya se observan a consumos de agua con niveles por debajo de los máximos permitidos por las directivas europeas, que son 50 mg de nitrato por litro de agua.
Muestra y análisis
La muestra estudiada han sido 697 casos de cáncer de próstata de hospitales españoles entre 2008 y 2013, de los cuales 97 tenían tumores agresivos, así como 927 hombres de entre 38 y 85 años que no estaban diagnosticados de cáncer y que ejercieron de grupo control.
Conociendo donde habían vivido estas personas y el tipo de agua (del grifo, embotellado o, en algún caso, de pozo), así como la cantidad de agua que habían bebido a lo largo de su vida, se estimó la media de nitrato y trihalometanos (THMs) en la que cada participante habría estado expuesto desde los 18 años.
Las estimaciones se hicieron a partir de datos disponibles procedentes de controles en el agua de consumo llevados a cabo por los municipios o las empresas concesionarias, de análisis hechos en aguas embotelladas de las marcas con mayor distribución y de mediciones en diferentes puntos de España abastecidos por aguas subterráneas.
Respecto los THMs, compuestos químicos que se forman después de desinfectar el agua para su consumo, generalmente con cloro, no se asociaron con el cáncer de próstata. Sin embargo sí que lo hicieron los niveles de THMs en el agua corriente residencial, lo cual sugiere que la inhalación y exposición dérmica podrían tener un peso significativo en la exposición total. Y es que a diferencia del nitrato, que sólo se ingiere, los THMs también se pueden inhalar y absorber a través de la piel al ducharse, ir a una piscina o lavar los platos.
Fibra, fruta, verdura y vitamina C para prevenir el cáncer
Por otra parte, la investigación también apunta que comer abundante fibra, frutas y verduras o vitamina C podría reducir el efecto negativo del nitrato en el agua de consumo. Con una encuesta sobre hábitos alimentarios a los participantes, se detectó que las asociaciones entre nitrato ingerido y cáncer de próstata sólo se observaron en los hombres que ingerían menos fibra, fruta y verduras, o vitamina C.
En aquellos hombres con consumos más bajos de fibra (≤ 11g/dia), una mayor ingesta de nitrato multiplicó por 2,3 la probabilidad de sufrir un cáncer de próstata. En cambio, en aquellos con consumos más altos de fibra (>11g/dia), una mayor ingesta de nitrato no se asoció con mayor probabilidad de cáncer de próstata.