Un nuevo tratamiento experimental para la obesidad consigue evitar el efecto secundario más frecuente
Los casos más extremos de esta enfermedad incluyen tratamientos más allá del cambio del estilo de vida
La obesidad clínica es un problema metabólico importante, que constituye uno de los principales factores de riesgo en patologías como las enfermedades cardiovasculares o la diabetes de tipo II.
En la actualidad, y aunque la opción preferente son las intervenciones sobre el estilo de vida (como las modificaciones en la dieta y en el régimen habitual de actividad física), contamos con varios tratamientos para los casos más extremos. Estos incluyen no sólo opciones farmacológicas, sino también procedimientos quirúrgicos como la cirugía bariátrica.
La cirugía bariátrica, aparte de suponer una modificación mecánica en la morfología del aparato digestivo, tiene efectos sobre el organismo a nivel metabólico. Específicamente, se producen cambios en la secreción hormonal a nivel gástrico e intestinal.
Los investigadores han desarrollado diferentes fármacos que buscan replicar estos cambios, que entre otros procesos afectan a sensaciones como el hambre o la saciedad. Sin embargo, muchas veces estos fármacos tienen efectos secundarios (siendo el principal fuertes náuseas) que llevan a los pacientes a abandonar los tratamientos.
Ahora, un novedoso estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Siracusa (Nueva York), presentado en la convención anual de la Sociedad Americana de Química y recogido por el portal de noticias científicas Medical News Today ha presentado una opción que podría ayudar a superar este obstáculo.
Según este medio, se trata de un compuesto, el péptido GEP44, capaz de imitar los efectos metabólicos a largo plazo de la cirugía bariátrica. En los estudios llevados a cabo sobre modelos animales (ratas), no parece causar signos de náuseas o vómitos (al contrario que algunas de las opciones farmacológicas más empleadas para la obesidad, como la liraglutida).
El secreto, creen los autores, estaría en em mecanismo de acción de la sustancia: mientras que los intentos previos de emular los cambios hormonales producidos quirúrgicamente se centraban en activar un receptor hormonal específico en cada caso, el GEP44 activa varios (dos receptores del péptido natural YY y uno del péptido 1 similar al glucacón).
Esto tiene varios efectos diferentes en el cuerpo: no sólo provoca sensación de saciedad, sino que aumenta el gasto energético (frecuencia cardíaca más alta, mayor actividad física...).
Con todo, los investigadores advierten de que estos son aún resultados tempranos logrados en ratones, por lo que el fármaco aún tiene un largo camino por delante antes de que pueda aprobarse su uso en humanos.
Además, existe el riesgo de que esta medicación y otras que operen por el mismo mecanismo lleven a reducciones de la ingesta calórica que puedan incluso provocar malnutrición en los pacientes.
Aún así, los autores subrayan el potencial de estos fármacos para lograr alternativas farmacológicas que, con dosis reducidas, consigan los resultados deseados evitando los principales efectos secundarios y por tanto favorezcan una mayor adherencia a los tratamientos.