El síntoma común que advierte de un riesgo elevado de ictus
En algunos casos, las personas con este problema llegan a tener hasta cinco veces más riesgo
El sueño es una función fisiológica extremadamente importante para nuestro organismo. Pese a ello, a menudo podemos descuidar nuestro bienestar en este aspecto, llegando incluso a ignorar problemas que pueden tener consecuencias graves.
Por ejemplo, un reciente estudio internacional de gran cohorte ha concluido que los trastornos del sueño pueden actuar como un síntoma de un riesgo incrementado de padecer accidentes cerebrovasculares o ictus.
De hecho, el trabajo también parece indicar que cuantos más síntomas aparezcan de trastornos del sueño mayor es el riesgo de ictus de una persona. Así, según publican estos autores en el medio especializado Neurology, el 11% de las personas que mostraban cinco o más síntomas de trastorno del sueño tenían un riesgo de sufrir un ictus cinco veces mayor que el de la población general.
Por otra parte, las personas que tendían a dormir demasiado poco a causa de estos trastornos podían alcanzar un riesgo hasta tres veces mayor que el de la población general; el de aquellos que duermen excesivamente doblaba el de la población general y el de las personas con apnea obstructiva severa del sueño se situaba entre dos y tres veces por encima del común.
Los hallazgos parten de información de nada menos que 4.496 participantes recolectada como parte del estudio internacional Interstroke, que busca obtener información sobre los factores de riesgo del primer episodio de ictus. Más o menos la mitad de estas personas tenían antecedentes de ictus, mientras que las demás actuaron como controles.
De esta manera, los autores encontraron relaciones significativas entre los extremos de duración del sueño, la presencia de síntomas heterogéneos de trastornos del sueño y un aumento en el riesgo de padecer accidentes cerebrovasculares.
Sea como sea, advierten de que aunque la asociación es robusta y significativa, el estudio no está diseñado para encontrar un link causal entre los trastornos de sueño y el ictus. De hecho, no está clara la manera en la que los problemas de sueño aumenten el riesgo de padecer ictus.
Por tanto, es necesario profundizar en la naturaleza de la relación antes de que estas conclusiones puedan alcanzar relevancia clínica práctica. No obstante, los investigadores creen que podrían servir de base para establecer los desórdenes del sueño como marcadores del riesgo de ictus en el ámbito diagnóstico, así como el tratamiento de los mismos como posible medida preventiva del accidente cerebrovascular.