La esterilidad afecta en 1 de cada 5 españoles, segundos expertos
Por otra parte, 1 de cada 10 nacimientos se hacen con reproducción asistida
España se sitúa a la cola de Europa en la tasa de reposición de población con una prevalencia de la esterilidad que afecta a 1 de cada 5 ciudadanos, mientras que la decisión de retrasar la gestación por encima de los 35 años o rechazarla se ha convertido en una moda social equiparable «a una sociopatía», según un panel de expertos en fertilidad.
El Congreso ha celebrado hoy la jornada informativa «La infertilidad, un reto de Estado para los próximos años», en el que han participado especialistas y representantes de asociaciones y sociedades médicas sobre salud reproductiva e infertilidad, que han esbozado una radiografía sobre «la esterilidad en España».
Así, según los datos recogidos a partir de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF), la radiografía sobre la natalidad en España está condicionada por diversos factores: el 15 % de la población tiene problemas de infertilidad, la edad para buscar el embarazo es cada vez más alta por factores sociales y económicos, y la dificultad y coste de acceso a tratamientos y terapias reproductivas desincentiva.
De esta forma, solo entre el 9 y 10 % de los bebés que nacen en España lo hacen por reproducción asistida, es decir 1 de cada 10 nacimientos, según datos de la SEF.
En palabras del presidente de la SEF, Juan José Espinós, son varios los aspectos que afectan a la fertilidad en España, país que «no es capaz de llegar a la tasa de reposición de la población» con una estadística de infertilidad que afecta a entre el 10 y 15 % de los ciudadanos, junto con «la reducción voluntaria» en el número de gestaciones por familia, una cuestión que define como «una sociopatía» y la compara con la obesidad ya que, en parte, los modos sociales han hecho que se incremente esta tendencia en las últimas décadas.
Así, ha sostenido Espinós, «la propia sociedad nos ha llevado a estar donde estamos» y «es obligación de la sociedad intentar revertir los efectos negativos que ha creado», por lo que reclama facilitar el acceso a los tratamientos reproductivos -que se llevan a cabo en un 80 % en el ámbito privado y a un precio costoso- adaptándolos a los nuevos modelos de familia, al tiempo que ve vital que e impulsen políticas sociales y económicas para la conciliación.
Pero también ve necesario concienciar a la población de que es necesario «que se reproduzca más y antes», ha destacado.
En este sentido, ha explicado Espinós que los ciudadanos se pueden «encontrar bien» de salud y aspecto con más de 35 años, pero deben tener en cuenta que la medicina y la ciencia no han logrado alargar «de ninguna de las formas» la edad fértil en mujeres y hombres: «Tenemos un cheque en blanco que dura un tiempo y si no uso ese cheque durante ese tiempo llega un momento en el que se retira», ha zanjado.
Por su parte, el presidente de la Asociación para el Estudio de la Biología de la Reproducción (ASEBIR), Antonio Urriés, ha definido la infertilidad como «un problema social» difícil de revertir ya que será muy complicado concienciar a la población que es necesario llevar a cabo la gestación a una edad más temprana porque a partir de los 35 comienza a bajar la tasa de fertilidad.
Asimismo, ve necesaria mucha «voluntad política» para aumentar recursos en torno a tratamientos, terapias y personal en centros públicos y privados y ha lamentado que en España aún «no se lo ponemos social ni laboralmente fácil» a una mujer para que se quede embarazada y, en el caso de tener dificultades reproductivas, tampoco para acceder a técnicas de reproducción asistida.
Helena Fernández, presidenta de la asociació́n de pacientes Red Nacional de Infértiles (RNI), también ha intervenido en la jornada y ha reclamado igualdad en el de acceso a tratamientos de fertilidad públicos en todo el territorio.
«Es inconcebible que dependiendo en la comunidad autónoma en la que vivas tengas unos derechos u otros con respecto a tu tratamiento. Pedimos un acceso universal y un condicionado que amplíe las miras, teniendo en cuenta la prevalencia de nuestra enfermedad», ha dicho.
César Hernández García, vicepresidente de la Comisión Nacional de Reproducción Humana Asistida, ha apuntado a la brecha entre lo médico y lo social y ha abogado por «políticas activas» para reducirla porque es un problema con causas más allá de lo estrictamente sanitario.