Un estudio consigue reducir los problemas renales en la cirugía cardiaca compleja
El estudio, liderado por el Hospital de Bellvitge, ha permitido reducir del 40% al 28% los casos después de las operaciones
Un estudio liderado por el Hospital Universitario de Bellvitge ha demostrado que el uso de una nueva membrana de purificación sanguínea extracorpórea consigue reducir de manera importante la insuficiencia renal aguda después de una cirugía cardiaca de alta complejidad. La investigación se ha hecho en colaboración con el Hospital Universitario Germans Trias i Pujol y el Hospital de Santa Creu i Sant Pau, y sus resultados se presentaron en ponencia a finales de marzo en el simposio más prestigioso del mundo en medicina intensiva.
La insuficiencia renal aguda es una pérdida repentina de la capacidad de los riñones de eliminar los restos perjudiciales que transporta la sangre. Se trata de un problema secundario importante entre las personas ingresadas en estado crítico en el hospital, y también una consecuencia frecuente de haberse sometido a una cirugía cardiaca, especialmente si es de alta complejidad.
Con este estudio, los investigadores han querido analizar si estos casos disminuyen en caso de que, durante la cirugía, se conecte a la circulación extracorpórea una membrana de adsorción aumentada. Este tipo de membrana se empezó a utilizar hace unos años para las terapias de sustitución renal continua en las UCI y para el manejo de la sepsis, pero esta ha sido la primera vez en el que su uso se ha conseguido asociar a beneficios clínicos. Previamente, los investigadores llevaron a cabo una prueba piloto con veinte pacientes que confirmó la seguridad de la técnica.
Acto seguido, entre el 2016 y el 2022, incluyeron en el ensayo 343 pacientes de los hospitales de Bellvitge y Germans Trias i Pujol sometidos a cirugías que requerían circulación extracorpórea durante más de 90 minutos. Desde el Laboratorio de Bioquímica del Hospital de Sant Pau, se evaluó la respuesta inflamatoria de los pacientes cuantificando los medidores inflamatorios obtenidos durante y después de la cirugía.
El resultado fue que, en los pacientes del grupo de control (169 personas) hubo un 40% de casos de insuficiencia renal aguda durante la semana posterior a la intervención, mientras que, en los pacientes en los que se utilizó la nueva membrana (174 personas), esta proporción se redujo al 28%. Paralelamente, se pudo comprobar que el dispositivo no provoca problemas añadidos a los pacientes.