Descubren que la proteína IL-17 tiene un papel clave en el envejecimiento de la piel
Ya existen tratamientos que bloquean esta proteína
Un equipo científico del Instituto de Investigación Biomédica (IRB Barcelona), en colaboración con el Centro Nacional de Análisis Genómico (CNAG), ha descubierto que la proteína IL-17 tiene un papel central en el proceso de envejecimiento de la piel.
El estudio, publicado en la revista 'Nature Aging', relaciona este proceso de envejecimiento, en el que interviene IL-17, con un estado inflamatorio. Estudios anteriores ya habían descrito que IL-17 estaba relacionada con algunas enfermedades cutáneas autoinmunes, como la psoriasis, y hay tratamientos que precisamente bloquean esta proteína.
El equipo científico estudió la respuesta al tratamiento con bloqueante de la actividad de IL-17 en cuatro aspectos diferentes: crecimiento del folículo piloso, pérdida de agua transepidérmica, cicatrización de una herida y marcadores genéticos de envejecimiento. Estos cuatro parámetros presentaron una mejora después del tratamiento, y se observó un retraso en la adquisición de los rasgos propios de envejecimiento.
El envejecimiento de la piel se caracteriza por una serie de cambios estructurales y funcionales que, de manera gradual, contribuyen al deterioro y la fragilidad asociada a la edad. La piel envejecida presenta menos capacidad de regeneración, una cicatrización deficiente y una función de barrera disminuida.
En este trabajo se describen los cambios que experimentan los diferentes tipos de células con el envejecimiento y, en concreto, se identifica como algunas células inmunes de la piel presentan niveles elevados de la proteína IL-17.
Bloqueando esta proteína, por lo tanto, se ralentiza la aparición de varias deficiencias de las asociadas a la piel envejecida. Este descubrimiento abre nuevas posibilidades para tratar algunos de los síntomas o facilitar la recuperación de la piel después de una cirugía, por ejemplo.
Además de una gran variedad de células epiteliales, células de folículos pilosos y otros componentes, la piel también tiene células del sistema inmunitario, que ejercen un papel crucial en la prevención de infecciones y en la protección contra otras agresiones.
En el trabajo se describe cómo, durante el envejecimiento, algunas de estas células inmunes, en concreto las células T gamma delta, las células linfoides innatas y las células T CD4+, aumentan de manera significativa su presencia en la piel. Estas mismas células muestran, además, niveles muy elevados de la citoquina proinflamatoria IL-17.